BaruQ
Alimento para Testigos de Jehová pensadores
“Pero en cuanto a ti, tú sigues buscando cosas grandes para ti. No sigas buscando. Porque, mira, voy a traer una calamidad sobre toda carne —es la expresión de Jehová—, y ciertamente te daré tu alma como despojo en todos los lugares adonde vayas”.
Importante: este sitio no pretendemos tener la verdad. El lector debe ser capaz de ejercer el buen juicio, examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así. (Hechos 17:11)
Perimeno
El punto de vista de Dios acerca de la dedicación
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¿Cuál es la opinión de Dios sobre la dedicación? ¡La verdad del asunto es que Jehová Dios no ha dicho nada sobre el tema! Su Palabra, la Biblia, no nos enseña la necesidad de dedicarnos a él para obtener la salvación. Puesto que Dios calla sobre el tema, los hombres se han sentido libres para definir lo que significa dedicación. Por eso me parece necesario citar extensamente las publicaciones de la Sociedad, y luego compararla con lo que las Escrituras realmente dicen. Las negritas o cursivas en las muchas citas son mías para resaltar o enfatizar el punto particular que se está estudiando.

La Atalaya del 15 de marzo de 1998 página 19, par. 4, dice:
Con objeto de que no haya malentendidos, los testigos de Jehová procuran expresarse con cuidado. En lugar de decir que “la Sociedad enseña”, muchos Testigos prefieren emplear expresiones como “la Biblia dice” o “creo que la Biblia enseña”. De este modo subrayan la decisión personal que todo Testigo toma al aceptar las enseñanzas bíblicas, y también impiden dar la impresión errónea de que los Testigos están de algún modo condicionados por los dictados de una secta religiosa.
En armonía con esta directiva, en decir a su oyente "la Biblia dice" ¿a lo Escrituras se hace referencia en la discusión de la materia de nuestra dedicación a Dios? ¿Puede citar textos bíblicos específicos sobre por qué nos bautizamos, o tiene que decir, "la Sociedad enseña?" Nuestra enseñanza sobre la dedicación, aunque aparentemente noble, debe ser la doctrina más reprensible que tenemos, desde el punto de vista de Jehová. Con ello disminuimos el amor que Dios tiene por nosotros, menospreciamos el valor del sacrificio de rescate de Cristo, y enseñamos que debemos ganar nuestra salvación "viviendo de acuerdo con nuestra dedicación". Es también el medio por el cual nos juzgamos unos a otros y medimos la espiritualidad de cada uno. E incluso, rompemos matrimonios con el pretexto de que nuestra dedicación a Dios se adelanta a nuestro voto matrimonial.
¿Estaba la nación de Israel dedicada a Dios?
¿Requiere Dios que su pueblo se dedique a él? ¿Su relación con Dios, y su salvación dependen de su dedicación a él? ¿Qué es más importante, su dedicación a Dios o su voto matrimonial? ¿Nuestro bautismo es una dedicación? ¿Cómo responderías a esas preguntas sin ir “más allá de las cosas que están escritas”, como se nos advierte que no lo hagamos. (1 Corintios 4:6) Hemos construido toda una doctrina alrededor de la enseñanza de la dedicación. Ha estado tan arraigado en nosotros que naturalmente hemos llegado a aceptarlo. Y, después de todo, ¿qué puede estar mal con algo tan obviamente noble y justo? Examinemos esta cuestión tan importante y comparemos lo que se nos ha enseñado sobre el tema de la dedicación con lo que nos dice Jehová en su palabra escrita. Después de todo, está la opinión de Jehová sobre los asuntos que realmente cuenta. Comencemos examinando la afirmación de que la nación de Israel era un pueblo dedicado a Jehová. En cuanto a esto una Atalaya de 1998 dice:
Dedicación al “Dios de Israel”
En el año 1513 a.E.C., Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto. Poco después los apartó como su pueblo especial y los introdujo en una relación de pacto consigo. Les dijo: “Ahora si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí” (Éxodo 19:5; Salmo 135:4). Dado que Jehová había hecho de los israelitas su propiedad especial, podía llamársele correctamente “el Dios de Israel” (Josué 24:23). Jehová no fue parcial cuando hizo de los israelitas su pueblo dedicado, pues amorosamente tuvo en cuenta también a quienes no formaban parte de Israel … (Levítico 19:33, 34). Siglos más tarde, Dios inculcó firmemente su manera de pensar en el apóstol Pedro, quien reconoció: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto” (Hechos 10:34, 35). Observe, asimismo, que para ser el pueblo dedicado de Dios se ponía una condición. Serían su “propiedad especial” solo si obedecían estrictamente la voz de Dios y guardaban su pacto. Lamentablemente, los israelitas no cumplieron estos requisitos. Tras rechazar al Mesías, a quien Dios envió en el siglo I E.C., perdieron su posición privilegiada. Jehová dejó de ser “el Dios de Israel”, y los israelitas naturales, su pueblo dedicado (compárese con Mateo 23:23). – w15/3/1998, p. 12, § 2-4, La dedicación y la libertad de elección
Tenga en cuenta que los términos “dedicado” y “pacto” se usan en el mismo contexto. Pero esas dos palabras no significan lo mismo. No son intercambiables. Jehová nunca se refirió a su pueblo como un pueblo dedicado a él. Él nunca los acusó de romper su dedicación a él o de no vivir de acuerdo a ella. Ni siquiera en un sentido figurado. Sin embargo, rompieron su pacto con él. Fíjense cómo carece cualquier escritura que mencione dedicación. También observe un par de cosas que contradicen nuestra comprensión de lo que es la dedicación. Dice: “Jehová no fue parcial cuando hizo de los israelitas su pueblo dedicado”. ¿Hizo Jehová a los israelitas su pueblo dedicado, o se dedicaron voluntariamente a Dios? Según nuestro entendimiento, ¿Dios nos dedica o lo hacemos nosotros mismos? También la Atalaya dice: “Observe, asimismo, que para ser el pueblo dedicado de Dios se ponía una condición”. ¿Es la dedicación condicional? O era el pacto condicional? Dice además:
A diferencia del Israel natural de tiempos antiguos, hasta el presente el Israel de Dios ha obedecido estrictamente los requisitos de su dedicación, lo cual no debe sorprender, pues sus miembros optan libremente por obedecer. En tanto que los israelitas naturales estaban dedicados en virtud de su nacimiento, en el caso de los que pertenecen al Israel de Dios ha sido por elección. El sistema cristiano se contrapone así al pacto de la Ley judía, que imponía la dedicación a las personas sin permitirles libertad de elección. El profeta Jeremías predijo un cambio respecto a la dedicación cuando escribió: “‘¡Mira! Vienen días – es la expresión de Jehová – , y ciertamente celebraré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto; no uno como el pacto que celebré con sus antepasados en el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, “el cual pacto mío ellos mismos quebrantaron, aunque yo mismo los poseía como dueño marital”, es la expresión de Jehová.’ ‘Porque este es el pacto que celebraré con la casa de Israel después de aquellos días – es la expresión de Jehová – . Ciertamente pondré mi ley dentro de ellos, y en su corazón la escribiré. Y ciertamente llegaré a ser su Dios, y ellos mismos llegarán a ser mi pueblo’” (Jeremías 31:31-33). Dios creó a los seres humanos para que tuvieran en gran estima la libertad. Les concedió libre albedrío. El primer matrimonio humano se valió de su libertad de elección. No obstante, con imprudencia y falta de amor, tomaron una decisión que los llevó al desastre a ellos y a su prole. De todas formas, este incidente demuestra con claridad que Jehová nunca obliga a las criaturas inteligentes a emprender un derrotero contrario a sus motivos o deseos internos. Y ya que “Dios ama al dador alegre”, la única dedicación que él acepta es la que se basa en el amor, la que se hace por voluntad propia y con alegría, que se fundamenta en la libertad de elección (2 Corintios 9:7). Toda otra clase de dedicación es inaceptable. – w15/3/1998, p. 13, La dedicación y la libertad de elección
Una vez más, observe cómo la palabra dedicación y pacto se usan indistintamente. ¿Significan lo mismo? ¿El Israel natural no cumplió con los estrictos requisitos de su dedicación? ¿Prometió Jehová, por medio de su profeta Jeremías, concluir con la casa de Israel y la casa de Judá una nueva dedicación? También, considere: puesto que la Watchtower afirma que Jehová hizo de la nación de Israel su pueblo dedicado, y las generaciones sucesivas nacieron en la dedicada relación sin ninguna “decisión” en la materia, haciéndola “impuesta” sobre ellos, y si la dedicación que no se basa en el amor, la que se hace por voluntad propia y con alegría, que se fundamenta en la libertad de elección es “inaceptable”, entonces, ¿cómo fueron dedicados a él? ¿Por qué todas estas declaraciones contradictorias? Porque no hay una sola escritura que nos diga que el pueblo de Dios fue “dedicado” a él, sino que estaba en un pacto con él. Pero ¿qué pasa con nosotros hoy? ¿Cómo nos afecta esta idea “fuertemente arraigada” y, lo que es más importante, ¿cómo la ve Jehová?
¿Es la dedicación un requisito para tener sus oraciones escuchadas?
Se nos ha enseñado que, para que tengamos una relación con Dios y que nuestras oraciones sean escuchadas favorablemente, debemos estar dedicados a él. He aquí algunos ejemplos de lo que la Atalaya dijo acerca de esto:
Entre tales personas estuvo el devoto gentil Cornelio, del primer siglo. Él creía que Dios existía, y lo buscó solícitamente. ¿Qué hizo Cornelio cuando adquirió conocimiento exacto? Pues, se dedicó de todo corazón a Jehová Dios y se bautizó en símbolo de su dedicación. Desde entonces Cornelio patentemente tuvo una relación estrecha con Dios, y eso habría afectado para bien sus oraciones. (Hechos 10:1-44.) Antes de que Cornelio se bautizara, sus oraciones solo ‘ascendían como recuerdo delante de Dios’. (Hechos 10:4.) No obstante, cuando Cornelio, por creer en el sacrificio de rescate de Jesús, se dedicó a Dios y se bautizó, se dio sin reserva a Jehová. Aquello estableció una maravillosa intimidad entre Dios y aquel hombre devoto… una relación que dio a Cornelio el privilegio ilimitado de la oración. (Santiago 4:8.) Podía acercarse a su Padre celestial mediante Cristo Jesús con la esperanza de que se le oiría. Lo mismo sucede en el caso de todos los que se dedican a Dios mediante Cristo y se bautizan. Ellos también tienen el privilegio ilimitado de la oración. De seguro usted desea que se le contesten sus oraciones. Por eso, si todavía no sirve a Jehová como adorador dedicado, ¡cuán sabio es que lo busque solícitamente! Siga el ejemplo de Cornelio, y Dios contestará sus oraciones. – w90 15/01, 6 ¿Quiénes reciben contestación a sus oraciones? Puede que parezca que algunos que en un tiempo adelantaban hacia la dedicación después se retraigan. Si no tienen suficiente amor a Dios en el corazón para dedicarse sin reservas a él, deberían preguntarse si acaso todavía tienen el maravilloso privilegio de orar. Parece que no, porque los que se acercan a Dios tienen que buscarlo solícitamente y también buscar la justicia y la mansedumbre. (Sofonías 2:3.) Todo el que realmente teme a Jehová es un creyente que se dedica a Dios y simboliza esa dedicación mediante bautizarse. (Hechos 8:13; 18:8.) Y solo los creyentes bautizados tienen el privilegio de acercarse en oración al Rey Eterno en cualquier momento. – w90 15/05, 12, Tema a Jehová, el Oidor de la oración
¿La Biblia realmente enseña que a menos que una persona se dedique sin reservas a Dios, sus oraciones no se escuchen? Sabemos que la Watchtower reconoce que una persona debe acercarse a Dios en el nombre de Jesús; pero ¿nos están diciendo que el énfasis está en la dedicación? (Juan 14:13-14) Pablo dice, “según el propósito eterno que él formó con relación al Cristo, Jesús nuestro Señor, por medio de quien tenemos esta franqueza de expresión y un acceso con confianza mediante nuestra fe en él”. – Efesios 3: 11-12 El apóstol Pablo explica que es debido a nuestra fe en Jesús que Dios oye nuestras oraciones, no por ninguna dedicación “sin reservas” a él. ¿Cómo ve Jehová a alguien que restringiera nuestra “franqueza de expresión y acceso con confianza [en él] mediante nuestra fe en [Jesús]”, haciendo adiciones a su Palabra, algo que él nos ha expresamente advertido contra? – Ver Proverbios 30:5-6; Deuteronomio 4:2 Otro punto: antes de que Cornelio se bautizara, ¿sus oraciones solo ‘ascendían como recuerdo delante de Dios’? ¿Cornelio se dedicó a Dios y después simbolizó esa dedicación por el bautismo? ¿Es eso lo que dice tu Biblia? Aquí está el razonamiento detrás de esa afirmación:
En el año 36 E.C., cuando venció el tiempo de Dios para mostrar favor especial a los judíos, Jehová Dios dirigió su atención a los no israelitas incircuncisos, los gentiles, ‘para tomar de entre ellos un pueblo para su nombre.’ (Hechos 15:14-18) Pedro tuvo que usar otra de las “llaves,” cuando se le envió a la casa de un centurión romano llamado Cornelio, que manifestaba una actitud de amabilidad para con los judíos. Estos gentiles deben haber aceptado el testimonio acerca de Jehová Dios y su Mesías glorificado, porque el espíritu santo cayó sobre ellos y empezaron a hablar en lenguas. En su misericordia, Dios había empezado a conceder “también a la gente de las naciones arrepentimiento con la vida como objeto,” por medio de Jesucristo, “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Hechos 11:18; Juan 1:29) Además, Jehová los había aceptado y admitido en su nación espiritual sobre la base de la dedicación a él que habían hecho en su corazón. Espíritu santo corroboró esto. Por eso, ninguno de los judíos convertidos al cristianismo que acompañaban a Pedro pudieron oponerse al mandato que él dio de que fueran “bautizados en el nombre de Jesucristo.” Eso dio principio a “la conversión de la gente de las naciones.” (Hechos 10:1-48; 15:3) Desde entonces todos los que han deseado servir a Dios, sean judíos o gentiles, han tenido que hacer en su corazón una dedicación a Jehová. Y, en cuanto a su bautismo en agua, se presentan para hacer la voluntad de Dios para ellos, en imitación de Jesús. Pero, ¿cuán importante es la dedicación, de la cual el bautismo en agua es símbolo? ¿Cómo está relacionado esto con la salvación, especialmente en vista de que el día de la ira de Dios está cerca? ¿Tienen que bautizarse los que no son parte de la nación espiritual de Jehová, pero que esperan vivir en la Tierra para siempre? – w82 15/02 p.20-1, § 17 y 18, Dedicación… ¿a quién? ¿por qué?
¿Confirmó el espíritu santo que Cornelio había hecho una “dedicación” de sí mismo y que Jehová lo había aceptado “en su nación espiritual sobre la base de la dedicación” y que también nosotros debemos dedicarnos a Dios desde el tiempo de Cornelio? ¿Nos dio un ejemplo a seguir? ¿Hay un verso que respalde esta afirmación? Note cómo nuestro pensamiento es manipulado por lo obvio que se presenta primero, y que es apoyado por las Escrituras. Sí, Pedro fue enviado a la casa de Cornelio; y sí, el espíritu santo cayó sobre ellos; y sí, otra vez, fueron bautizados. Pero, ¿dónde se menciona una dedicación que el espíritu santo afirma haber confirmado? (¿También la gente de las naciones fue aceptada en la nación espiritual de Dios “sobre la base de la dedicación a él que habían hecho en su corazón”, o fue sobre la base del sacrificio de Cristo, cuyos beneficios ahora también se extendieron a los gentiles?) El razonamiento es que si aceptamos la primera parte como correcta, entonces nuestras mentes, naturalmente, aceptarán la afirmación sin fundamento de la dedicación también. ¿No es esto lo que acusamos a otras religiones y políticos de hacer manipulando a los oyentes? Ahora que te han convencido de que el espíritu santo confirmó la dedicación de Cornelio, hecha en su corazón, es una cuestión sencilla también convencerte de que tú también debes dedicarte para que tus oraciones sean escuchadas y para obtener la salvación. ¿Es la salvación dependiente de nuestra dedicación? Lo consideraremos a continuación.
¿La dedicación es necesaria para la salvación?
Estudiar la Biblia, poner en práctica lo que se ha aprendido, dedicarse y bautizarse son pasos que conducen a la salvación. – w97 15/08, p. 7 La salvación, su verdadero significado
Hay algunos temas bíblicos que evocan emociones fuertes en sus creyentes. La cristiandad tiene su Trinidad. Interrogar a la Trinidad es cuestionar la propia identidad de Dios mismo y negar a Jesús. Para ellos, la aceptación de la Trinidad es necesaria para la salvación. ¿Se enseña en las Escrituras? Argumentamos que no lo es; que ni la palabra ni la idea se encuentran en la Biblia, y que aquellos que la enseñan están retorciendo las Escrituras. Pero tenemos nuestra propia “Trinidad”. El apóstol Pablo pregunta: “tú, sin embargo, el que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo?” (Romanos 2:21) Si criticamos a la enseñanza de la Trinidad por su falta de apoyo bíblico claro, entonces porque somos tan celosos de nuestra propia enseñanza sobre la dedicación, cuando tenemos menos Escrituras para apoyar esta idea? Mira la siguiente cita de la Atalaya con respecto al propósito de nuestro bautismo:
¿Con qué propósito?
¿Por qué pidió Jesús que sus discípulos se bautizaran? Porque era un símbolo adecuado de su dedicación de todo corazón a Dios. Tenían que predicarse las “buenas nuevas” por toda la Tierra y había que hacer discípulos de “gente de todas las naciones”. (Mateo 24:14; 28:19.) … La sumersión en agua indicaba que los bautizados habían muerto tocante a llevar una vida centrada en sí mismos. El que se les levantara del agua simbolizaba que desde ese momento vivían para hacer la voluntad de Dios, a quien ponían en primer lugar en la vida, tal como hizo Jesús. (Mateo 16:24.)
¿Qué hará usted?
El que tiene de verdad este amor y desea mantener una relación especial con Jehová Dios no se retiene de dedicarle incondicionalmente la vida. El bautismo no es más que un símbolo externo de esa dedicación. Es un paso necesario para alcanzar la salvación. – w93 01/04, Pp 5-7 ¿Debe usted bautizarse?
¿Cuántas Escrituras encontrará para apoyar la declaración anterior de la Atalaya 1993? ¿Qué Escrituras usas cuando enseñas tus estudios bíblicos en cuanto a PORQUÉ deben ser bautizados? Hechos 2:37, 38 dice simplemente: “Ahora bien, cuando aquellos oyeron esto se sintieron heridos en el corazón, y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: ‘Varones, hermanos, ¿qué haremos?’. Pedro les [dijo]: ‘Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo.’”. Por nuestra “Dedicación y la simbolización de ella por el bautismo” ¿no estamos enseñando que debemos GANAR la salvación? Eso es lo que dicen los siguientes artículos de la Atalaya:
La dedicación y nuestro deber para con Dios
Algunos cristianos bautizados tienen que orar a Dios intensa y sinceramente porque no están viviendo a la altura de las obligaciones ministeriales que asumieron cuando se dedicaron a él. – w99 15/11, p. 19, ¿Estamos cumpliendo con todo nuestro deber para con Dios? Por lo tanto, sin importar cuántos años hayamos esperado con anhelo el fin de este mundo inicuo, injusto y violento, debemos ser celosos y vivir en conformidad con nuestra dedicación según nos lo permitan las circunstancias. – w98 15/06, p. 21, La organización de Jehová apoya nuestro ministerio Que todos cumplamos, pues, con nuestra dedicación a Jehová y nadie ‘se retraiga para destrucción’ (Hebreos 10:39) – w98 15/07, p. 19, ¿Hemos entrado en el descanso de Dios?
Los artículos no ofrecen ninguna Escritura que mencione la necesidad de cualquier dedicación. Tampoco encontrarás ninguno en absoluto. Al igual que la Cristiandad con su Trinidad, citamos una escritura y luego la estiramos un poco aquí y allá para que encaje exactamente lo que queremos que diga. Y esperamos que los siervos fieles de Jehová lo acepten. Pero, tal como le decimos a los demás, si no se encuentra en la Biblia, no es de Dios. Y en un momento u otro entrará en conflicto con la Palabra de Dios.
¿Somos declarados justos debido a nuestra dedicación?
La enseñanza de que obtenemos la salvación debido a nuestra dedicación contradice lo que la Biblia enseña.
Efesios 2:4-7: ”Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, nos vivificó junto con el Cristo, aun cuando estábamos muertos en ofensas – por bondad inmerecida han sido salvados ustedes – y nos levantó juntos y nos sentó juntos en los lugares celestiales en unión con Cristo Jesús, a fin de que en los sistemas de cosas venideros se demostraran las riquezas sobrepujantes de su bondad inmerecida en su benevolencia para con nosotros en unión con Cristo Jesús.” Hebreos 2:9: ”pero contemplamos a Jesús, que había sido hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios gustase la muerte por todo [hombre].” Gálatas 2:21: ”No echo a un lado la bondad inmerecida de Dios; porque si la justicia es mediante ley, Cristo realmente murió en balde.” Gálatas 5:4-5: ”Quedan separados de Cristo, quienesquiera que sean ustedes los que tratan de ser declarados justos por medio de ley; han caído de la bondad inmerecida de él. En cuanto a nosotros, por espíritu estamos aguardando con intenso anhelo la esperada justicia como resultado de fe.” Romanos 4:2-5: ”Por ejemplo, si a Abrahán se le declarara justo como resultado de obras, tendría base para jactarse; mas no con Dios. Porque, ¿qué dice la escritura? “Abrahán ejerció fe en Jehová, y le fue contado por justicia.” Ahora bien, al que trabaja no se le cuenta el pago como bondad inmerecida, sino como deuda. Por otra parte, al que no trabaja, pero pone fe en el que declara justo al impío, su fe le es contada por justicia.”
¿No estamos "separados de Cristo … caídos de la bondad inmerecida de él", por nuestra insistencia en que podemos recibir la vida eterna sólo a través de las obras, cumpliendo con nuestra dedicación? ¿No estamos también robando a Jehová enfatizando nuestra dedicación más que su bondad inmerecida? ¿Nos debe Jehová algo? ¿Debemos ganar la vida eterna? Como Pablo explica claramente, si fuéramos "declarados justos como resultado de obras", entonces tendríamos terreno para jactarnos, porque lo habíamos ganado como pago de una deuda, y no como resultado de la bondad inmerecida de Dios. Al enseñar que debemos “vivir a la altura de las obligaciones ministeriales" que asumimos cuando hicimos una dedicación a Dios, hemos impuesto una pesada carga a todos los que quieren agradar a Dios. Y, por supuesto, los responsables son libres de definir, a través de sus numerosas publicaciones, lo que implica nuestra dedicación. (Mateo 11:30; 23: 4) Observe cómo se jactan de hacer esto:
Todos los años, las plantas impresoras de la Sociedad Watch Tower y de otros organismos legales parecidos suministran millones de Biblias, libros, folletos y revistas a los testigos de Jehová, para que los utilicen en la obra mundial de predicar. Estas entidades jurídicas son, por tanto, de un valor incalculable para ayudar a los siervos dedicados de Dios a vivir en conformidad con su dedicación a él. – w98 15/03, p. 18, Vivamos a la altura de la dedicación cristiana en libertad Si estos están de acuerdo en que el publicador no bautizado posee un entendimiento razonable de las doctrinas bíblicas y llena otros requisitos, le informarán que puede bautizarse. Así, en virtud de su dedicación y bautismo, recibirá la “marca” de la salvación. (Ezequiel 9:4-6.) – w96 15/01, p. 17, § 9, Las ovejas de Jehová necesitan de tiernos cuidados
Curiosamente, el texto del día del jueves, 14 de enero de 2010, señaló lo siguiente en contraste con las citas anteriores: “Como los humanos somos pecadores, todo esfuerzo por ganarnos la vida eterna resulta insuficiente (Isa. 64:6). La única manera de obtenerla es ejerciendo fe en el rescate que Jehová ofreció mediante Jesucristo. ¡Hagamos todo lo que podamos para mostrar nuestro aprecio por esa bondad inmerecida de Dios! – w08 15/6 2:2, 3” ¿Por qué la contradicción? Si “todo esfuerzo por ganarnos la vida eterna resulta insuficiente”, y que nuestra salvación se debe a la “bondad inmerecida de Dios”, entonces ¿por qué la insistencia en vivir de acuerdo a nuestra dedicación? Puede ser que no estamos confundidos acerca de la identidad de Jesús y Dios, pero cuando se trata del rescate y la salvación estamos confundidos, y por la misma razón que la Cristiandad es acerca de su Trinidad; hemos roto “la regla” de no ir más allá de lo que está escrito. (1 Corintios 4:6, Deuteronomio 12:32) Mientras que la Trinidad de la Cristiandad desvía el honor de Jehová y lo otorga a su Hijo, nuestra “Dedicación” desvía el honor de Jehová y su Hijo y lo otorga a nosotros mismos. Proverbios 30: 5,6 dice también: “Todo dicho de Dios es refinado … No añadas nada a sus palabras, para que no te censure, y para que no se te tenga que demostrar mentiroso”.
La enseñanza de que obtenemos la salvación debido a nuestra "dedicación a Dios" equivale a negar el rescate. (Gálatas 2:21)
El tiempo se acerca cuando Jehová aclarará toda falsa enseñanza entre su pueblo acerca de nuestra salvación, porque "los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad, porque, en realidad, el Padre busca a los de esa clase para que lo adoren". (Juan 4:23, 24) No, no podemos ganar la salvación debido a las obras por medio de nuestra dedicación sin reservas. Pero más bien, ganaremos la vida eterna ejerciendo fe en la provisión del rescate, la sangre derramada de Jesús. Esto incluirá a todos los que regresarán en la resurrección. Pero la Watchtower insiste en que ellos también deben ganar su futura salvación por medio de su dedicación:
Todos los resucitados deben hacer algo para que su resurrección resulte ser de vida y no de juicio adverso. Tienen que acudir a los patios terrestres del templo de Jehová e inclinarse en dedicación a Dios mediante Jesucristo. Cualquier resucitado que rehúse hacerlo sufrirá el mismo azote que les sobrevendrá a las naciones de la actualidad. (Zacarías 14:18.) – w96 1/7, p. 22-3, Se acerca el triunfo de la adoración verdadera
Nuestra trinidad (dedicación, bautismo y salvación) ha causado mucho sufrimiento. Es el medio por el cual somos juzgados por nuestros hermanos, y por el cual los juzgamos. (Mateo 7:1, 2; Romanos 14:4) Medimos y comparamos la espiritualidad del otro por medio de ella, viendo cuán bien todos están viviendo hasta su dedicación; publicadores dentro de las congregaciones, congregaciones dentro de su circuito, y los circuitos con el promedio nacional. Y sin embargo, no es de Dios, porque en ninguna parte se enseña en las Escrituras. Lo que se enseña, sin embargo, es que NO debemos juzgar, medir o comparar. (Romanos 14:10; Gálatas 5:26; 6:4) Y así hemos hecho que la Palabra de Dios sea inválida por nuestras tradiciones. ¡Ahora es algo de qué preocuparse! (Mateo 15:6-9)
¿Podemos dedicar a Dios lo que ya le pertenece?
No pertenecemos a nosotros mismos. Nosotros pertenecemos a Dios porque nos compró por precio. Vea cómo la Sociedad reconoce ese punto:
Parte de este arrepentimiento y volverse incluye lo que Jesús llamó ‘repudiarnos a nosotros mismos’. (Mateo 16:24.) Es decir, ya no vivimos según solamente nuestros propios deseos egoístas sin dar consideración a la voluntad y los propósitos de Dios. En vez de eso, reconocemos que Jehová Dios en realidad tiene pleno derecho a nuestra vida como nuestro Creador y nuestro Comprador mediante el sacrificio de rescate que dio su Hijo. Como lo expresa la Biblia, ‘no nos pertenecemos a nosotros mismos, porque fuimos comprados por precio’. (1 Corintios 6:19, 20.) – Verdadera paz y seguridad, p. 179-80, Capítulo 16, La selección que asegura vida en verdadera paz y seguridad
Puesto que se reconoce que ya pertenecemos a Dios, "porque fuimos comprados por precio", y él tiene "pleno derecho a nuestra vida", ¿cómo podemos entonces dedicar a Dios lo que ya no nos pertenece sino que ya le pertenece de todos modos? Estoy haciendo hincapié en este punto porque la Watchtower parece haber confundido el tema por la enseñanza de la dedicación. Algunos ejemplos (los artículos de la Atalaya han sido traducidos del inglés):
Debido a nuestra dedicación a Jehová Dios, le pertenecemos, siendo sus hijos adoptivos o sus futuros nietos. Jehová Dios y nosotros tenemos intereses mutuos, el principal de los cuales es la vindicación del nombre de Jehová, y, secundaria, nuestra propia salvación. Estamos preocupados por la vindicación de Dios y él con nuestra salvación. – w63 2/15 113. Talking with God (ed. inglesa) De todo lo anterior se puede ver que la sociedad del Nuevo Mundo de los Testigos de Jehová ha sido muy cuidadosa para que todos los candidatos de bautismo comprendan que estaban siendo sumergidos en el agua sólo porque previamente, ya sea antes o mucho antes, decidieron di pertenecer a Jehová Dios y por consiguiente se habían dedicado deliberada e inteligentemente a Dios por medio de la fe en Jesucristo. – w64 2/15 126. Did You Make an Acceptable Dedication to God? (ed. inglesa) Sin embargo, usted tendrá que hacer más que solamente decirle en privado a Jehová que desea pertenecer a él. Es necesario que muestre delante de otros que se ha dedicado a Dios para servirle. ¿Cómo hace esto? Mediante bautizarse en agua. Este bautismo en agua es una demostración pública de que uno ha dedicado la vida a Jehová y se está presentando para hacer Su voluntad. – Usted puede vivir para siempre, 251-2, Capítulo 30, Lo que usted debe hacer para vivir para siempre
Las citas anteriores (y hay muchas más) enseñan que pertenecemos a Dios por nuestra dedicación. Pero ¿no estamos dedicando a Dios lo que ya le pertenece, si de verdad fuimos comprados con un precio? Aún más reprensible: ¿No negamos al mismo tiempo el valor del sacrificio de Jesús, si enseñamos que es a causa de nuestra dedicación que pertenecemos a Dios? Otro punto importante: estamos robando a Jehová minimizando lo que ha hecho – nos compró por precio – en favor de lo que estamos haciendo dedicándonos. ¿No estamos enfatizando nuestro propio amor por Dios, en lugar de su amor por nosotros? (Malaquías 3:8, 9) ¿Qué tan diferente es esta actitud de la expresada por el apóstol Juan: “Por esto el amor de Dios fue manifestado en nuestro caso, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la vida mediante él. El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio por nuestros pecados.” – 1 Juan 4: 9,10 Consideremos también cómo hemos hecho la Palabra de Dios inválida por nuestra doctrina de la dedicación cuando se trata de la santidad del matrimonio. (Mateo 15:3-9)
¿Su matrimonio es el segundo en importancia en comparación con su dedicación?
Hubo una ocasión en la que Jesús se refirió a algo como dedicado a Dios. Leamos sobre eso en Mateo 15:3-6:
En respuesta, él les dijo: “¿Por qué traspasan ustedes también el mandamiento de Dios a causa de su tradición? Por ejemplo, Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; y: ‘El que injurie a padre o a madre termine en muerte’. Pero ustedes dicen: ‘Cualquiera que diga a su padre o a su madre: “Todo lo que tengo por lo cual pudieras sacar provecho de mí es una dádiva dedicada a Dios”, no debe honrar de ningún modo a su padre’. Y así ustedes han invalidado la palabra de Dios a causa de su tradición.”
Los judíos tenían la tradición de que una persona podía dedicar cosas a Dios dándola como un regalo al templo. Jehová no lo requería, pero tampoco había nada malo en ello. Lo que estaba mal, sin embargo, era el sobrepasar los mandamientos de Dios en el proceso, como Jesús señaló. El cuarto mandamiento dice: "Honra a tu padre y a tu madre …” (Éxodo 20:12). Los líderes religiosos enseñaron que Dios debe venir primero en la vida de una persona y por tanto, delante de sus padres. Por lo tanto, dedicar algo a Dios por el cual los padres pudieron beneficiarse fue visto como algo bueno. Poner a Dios delante de los padres parece una cosa honorable, ¿no? Sin embargo, Jesús los condenó por ello. Les dijo: "ustedes han invalidado la palabra de Dios a causa de su tradición". Y luego continuó diciendo:
“Hipócritas, aptamente profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas’’”. – Mateo 15:7-9
Dios los vio como hipócritas porque estaban violando sus mandamientos para mantener los suyos. Su culto era inútil porque ‘enseñaban mandatos de hombres como doctrinas’. ¿Cómo podrían esperar que Jehová aceptara eso? Mira cómo hemos hecho las cosas aún peor que el ejemplo que Jesús usó arriba, por nuestra doctrina de la dedicación. La relación de un esposo y una esposa es mucho más cercana que la de un hombre y sus padres. En cuanto a esto Jesús dijo: “Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne”. – Mateo 19:5 Esto es lo que la revista ¡Despertad! dijo sobre esto:
En cierta ocasión que le preguntaron a Jesús si era correcto divorciarse, él dejó claro que el matrimonio debía ser duradero, pues respondió: “¿No leyeron que [Dios,] el que los creó desde el principio[,] los hizo macho y hembra y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre” (Mateo 19:4-6).
Inmediatamente después del párrafo anterior, sin embargo, l’artículo continúa diciendo:
Se ha dicho con razón que en la vida de un cristiano, lo más importante después de su dedicación a Dios es el matrimonio. La dedicación nos une al Creador para siempre, y el bautismo hace pública dicha unión. De igual forma, el matrimonio es la declaración pública del compromiso contraído de por vida con otra persona. Por lo tanto, es inconcebible que alguien se dedique a Dios o contraiga matrimonio si tiene serias dudas. Así pues, quienes estén pensando en casarse deben examinar detenidamente las creencias, metas, actitud y disposición de su futuro cónyuge. – ¡Despertad! 8/2, 2002 El matrimonio debe ser una unión perdurable
¿Es eso cierto? ¿El matrimonio es lo más importante en la vida de un cristiano, después de su dedicación a Dios? parece una cosa honorable! ¿Pero es eso lo que dice Jehová, o cualquiera de los escritores de la Biblia? Es más probable que es la opinión personal de algún hermano soltero en el Cuerpo Gobernante, porque contradice expresamente la propia visión de Dios sobre el matrimonio, que se expresa en Génesis 2:24; Mateo 19:4-6; Efesios 5:28-31, 33, además de muchas otras escrituras sobre la relación de esposo y esposa. Jehová ha expresado claramente su opinión sobre el arreglo matrimonial, pero ¿dónde dice algo acerca de una dedicación a él? ¿Hemos hecho algo que NO es enseñado en las Escrituras más importante que algo que ES claramente enseñado? ¿No es por haber hecho lo mismo que Jesús condenó a los líderes religiosos? Ellos enseñaron que Dios debe venir primero en la vida de una persona, incluso si eso significa quebrantar la ley de Dios, y no es eso lo que estamos haciendo por medio de nuestra dedicación? Es nuestra doctrina, nuestra tradición. Veamos cómo hemos hecho la palabra de Dios inválida por medio de ella:
El que se ponga en peligro absoluto la espiritualidad también suministra base para una separación. El creyente en un hogar dividido por razones religiosas debe hacer todo cuanto pueda para aprovechar las provisiones espirituales de Dios. Pero la separación es permisible si la oposición del cónyuge incrédulo (que quizás incluya la imposición de restricciones físicas) hace francamente imposible seguir la adoración verdadera y realmente pone en peligro la espiritualidad del creyente. Sin embargo, ¿qué hay si existe una condición espiritual muy malsana aunque ambos cónyuges sean creyentes? Los ancianos deben dar ayuda, pero en especial el esposo bautizado debe esforzarse diligentemente por remediar la situación. Por supuesto, si un cónyuge bautizado actúa como apóstata y trata de impedir que su cónyuge sirva a Jehová, los ancianos deben encargarse de la situación según las Escrituras. Si se expulsa a alguien en un caso en que se ponga en peligro absoluto la espiritualidad, o en que deliberadamente no se suministre el sustento o haya abuso físico extremo, el cristiano fiel que buscara una separación legal no estaría yendo contra el consejo de Pablo acerca de llevar a un creyente al tribunal. (1 Corintios 6:1-8.) – w88 1/11 22-3 Cuando peligra la paz marital Por otro lado, el texto bíblico de 1 Corintios 7:10-16 admite la separación, si bien anima a los esposos a permanecer juntos. Hay quienes después de intentar por todos los medios conservar su matrimonio, creen que no les queda más remedio que separarse. Según la Biblia, ¿en qué situaciones es aceptable la separación? En primer lugar, cuando el esposo se niega a mantener a la familia. … (1 Timoteo 5:8). … También lo es en el caso de maltrato físico extremo. … (Salmo 11:5; Gálatas 5:19-21; Tito 1:7). Y por último, cuando peligra totalmente la espiritualidad del cónyuge creyente, es decir, cuando está amenazada su relación con Dios. Algunas personas han juzgado necesario separarse dado que la oposición de su pareja les impedía – tal vez mediante el confinamiento – practicar la adoración verdadera, lo cual ponía en peligro su salud espiritual (Mateo 22:37; Hechos 5:27-32). – g02 8/2 10 El matrimonio debe ser una unión perdurable, [Recuadro, Título: El divorcio y la separación]
Se nos enseña que tenemos “motivos bíblicos” para romper un matrimonio si nuestra espiritualidad está en peligro, porque “en la vida de un cristiano, lo más importante después de su dedicación a Dios es el matrimonio”. ¿Y realmente creemos que Jehová está complacido con esto? Esto es mucho peor de lo que Jesús condenó a los fariseos en Mateo 15. ¿Sabes de matrimonios rotos en base a este punto? Conozco a algunos que están haciendo “mejor en la verdad” después de que se separaron. Otros han usado esto como una excusa para salir de un matrimonio infeliz. ¿Es eso lo que agrada a Jehová? Fue en conexión con algo dedicado a Dios que Jesús pronunció estas palabras:
Ustedes han invalidado la palabra de Dios a causa de su tradición. Hipócritas, aptamente profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas”. – Mateo 15:6-9
¿El bautismo es en relación con la dedicación?
Conocer a Jehová es amarlo. Él es todo lo que podríamos imaginar nuestro padre y mejor amigo para ser como. Cuando lo conocerás mejor, llegarás al punto en el que querrás hacer algo por tu amor por él. ¿Pero que? Nos sentimos tan inadecuados. ¿Qué podemos dar realmente a Dios? ¿Cómo podemos mostrar positivamente cuánto lo amamos? Si alguien te ha ayudado a conocer a Jehová a través de un estudio bíblico, pronto te dirá que tienes dedicarte a Dios. ¿No es una manera positiva de demostrar tu amor por tu Creador? Una vez que has hecho una dedicación de tu mismo a Dios, entonces serás animado a simbolizar esa dedicación con el bautismo de agua. Pero primero debes revisar lo que has aprendido con un par de ancianos en tu congregación, porque ellos quieren discernir si estás listo para el compromiso que la dedicación a Dios implica. También debes estar ya ocupado en el obra de testificar. Una vez que estén satisfechos de tu calificación, estás listo para ser bautizado en la siguiente asamblea. A todos los que se presenten para ser bautizados se les formularán dos preguntas:
  1. Por su fe en el sacrificio de Jesús, ¿se ha arrepentido de sus pecados y se ha dedicado a Jehová para hacer su voluntad?
  2. ¿Comprende que su dedicación y bautismo lo identifican como testigo de Jehová vinculado a la organización que Dios dirige mediante su espíritu?
Por lo tanto, se espera que tú estés a la altura de tu dedicación y todas las responsabilidades que conlleva y que has aceptado de buena gana, y al hacerlo, entiendes que Dios te bendecirá con la vida eterna. La Atalaya de 1956 del 1 de julio, página 399, párrafo 14, (edición Inglés) dice bajo el artículo de estudio, “Lo que significa la dedicación para mí”: “Es verdad que la dedicación pone una pesada carga de responsabilidad en uno. ¡Y la fidelidad en llevar esa carga es obligatoria!” (traducido del inglés) Y al llevar esa carga pesada crees que estás siguiendo el ejemplo que Jesús puso para nosotros. Sin embargo, hay quienes han estudiado la Biblia y han llegado a conocer y amar a Jehová, pero sienten que no están en condiciones de asumir esa “pesada carga de responsabilidad” que viene con hacer una dedicación. (compare Mateo 11:28-30) He conocido a muchos durante los años que han asistido fielmente a las reuniones durante tanto tiempo como veinte años o más sin tomar el paso del bautismo. Sienten que es mejor no hacer un voto que hacer uno y romperlo. – Eclesiastés 5:5 Qué diferente fue esto en el primer siglo. Aquellos que escucharon a Pedro en Pentecostés y “abrazaron su palabra de buena gana fueron bautizados”, hasta tres mil en esa misma ocasión. (Hechos 2:41) No hubo retraso. Considere otros ejemplos:
Pero cuando creyeron a Felipe, que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres. – Hechos 8:12 En respuesta, el eunuco dijo a Felipe: “Ruégote: ¿De quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro hombre?”. Felipe abrió la boca y, comenzando por esta Escritura, le declaró las buenas nuevas acerca de Jesús. Entonces, siguiendo por el camino, llegaron a cierta masa de agua, y el eunuco dijo: “¡Mira! Agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?”. – Hechos 8:12 Y cierta mujer por nombre Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira y adoradora de Dios, estaba escuchando, y Jehová le abrió el corazón ampliamente para que prestara atención a las cosas que Pablo estaba hablando. Ahora bien, cuando fueron bautizadas ella y su casa, ella dijo con súplica: “Si ustedes me han juzgado fiel a Jehová, entren en mi casa y quédense”. Y sencillamente nos obligó a aceptar. – Hechos 16:14, 15 Y los sacó fuera y dijo: “Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?”. Ellos dijeron: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa”. Y le hablaron la palabra de Jehová junto con todos los que estaban en su casa. Y él los tomó consigo en aquella hora de la noche y les lavó las heridas; y todos, él y los suyos, fueron bautizados sin demora. Y los introdujo en su casa y les puso la mesa, y se regocijó mucho con toda su casa ahora que había creído a Dios. – Hechos 16:30-34
¿Nota en los ejemplos bíblicos anteriores que los creyentes fueron bautizados sin demora? ¿Ve alguna mención de ellos que tienen que “dedicarse” primero a Dios y tener que sopesar las responsabilidades que van con tal dedicación? ¿Es el bautismo de agua relacionado con la consagración? ¿Qué dice la Biblia sobre este asunto?
Agua limpiadora de pecado
Consideremos algunas escrituras sobre cómo el agua fue usada en conexión con la ofrenda por el pecado en el pacto de la ley.
Y Jehová habló nuevamente a Moisés, y dijo: “Toma a los levitas de entre los hijos de Israel, y tienes que limpiarlos. Y esto es lo que les debes hacer para limpiarlos: Salpica sobre ellos agua limpiadora de pecado, y ellos tienen que hacer pasar una navaja por toda su carne y tienen que lavar sus prendas de vestir y limpiarse. – Números 8:5-7 Y un hombre limpio tiene que recoger las cenizas de la vaca y depositarlas fuera del campamento en un lugar limpio; y estas tienen que servir a la asamblea de los hijos de Israel como algo que ha de guardarse para el agua de limpieza. Es una ofrenda por el pecado … Todo el que toque un cadáver, el alma de cualquier hombre que muera, y que no se purifique, ha contaminado el tabernáculo de Jehová, y aquella alma tiene que ser cortada de Israel. Porque el agua de limpieza no se ha rociado sobre ella, continúa inmunda. Todavía está sobre ella su inmundicia. … Y todo el que en el campo abierto toque a alguien muerto a espada, o un cadáver, o un hueso de algún hombre, o una sepultura, quedará inmundo siete días. Y tienen que tomar para el inmundo un poco del polvo de la quema de la ofrenda por el pecado y echarle encima agua corriente en una vasija. Entonces un hombre limpio tiene que tomar hisopo y meterlo en el agua y salpicarla sobre la tienda y todas las vasijas y las almas que se hallaran allí, y sobre el que hubiera tocado el hueso o al que hubiera sido muerto o el cadáver o la sepultura. Y la persona limpia tiene que salpicarla sobre el inmundo en el día tercero y en el día séptimo, y tiene que purificarlo de pecado en el día séptimo; y él tiene que lavar sus prendas de vestir y bañarse en agua, y tendrá que quedar limpio al atardecer. … Pero el hombre que sea inmundo y que no se purifique… pues, aquella alma tiene que ser cortada de en medio de la congregación, porque es el santuario de Jehová lo que él ha contaminado. El agua de limpieza no fue rociada sobre él. Es inmundo. … Y tiene que servirles de estatuto hasta tiempo indefindo, que el que salpique el agua de limpieza debe lavar sus prendas de vestir, también el que toque el agua de limpieza. Quedará inmundo hasta el atardecer. Y cualquier cosa que el inmundo toque será inmunda, y el alma que la toque será inmunda hasta el atardece. – Números 19:9, 13, 16-21
¿Por qué Jehová requería una limpieza ceremonial con agua tan elaborada? Se nos dice que la ley era sólo “una sombra de las buenas cosas por venir, pero no la sustancia misma de las cosas”, pues “ realidad pertenece al Cristo” (Colosenses 2:17; He 10:1) – Para más información vea la caja “¿Es necesario ser bautizado para sobrevivir al Armagedón?”
¿Has notado en las escrituras anteriores que el “agua de limpieza” estaba destinada a hacer a una persona limpia a los ojos de Dios? ¿Que era un hombre limpio que estaba acostumbrado a administrar el agua purificadora del pecado sobre la persona inmunda y así el hombre inmundo se purificó? Note también la parte que la “ofrenda por el pecado” jugó en esto. Dado lo anterior, ¿podemos ver por qué Ananías dijo a Saúl, que se convirtió en el apóstol Pablo: “Y ahora, ¿por qué te demoras? Levántate, bautízate y lava tus pecados mediante invocar su nombre.”? – Hechos 22:16 Considere otra escritura que muestra cómo Jehová vio el uso del agua para la purificación de su pueblo rebelde. Isaías 1:16, 18: “Lávense; límpiense; quiten la maldad de sus tratos de enfrente de mis ojos; cesen de hacer lo malo … Vengan, pues, y enderecemos los asuntos entre nosotros – dice Jehová – . Aunque los pecados de ustedes resulten ser como escarlata, se les hará blancos justamente como la nieve”. El “lavado” figurativo de su persona simbolizaba el quitar de la “maldad de sus tratos”, ‘cesando de hacer lo malo’, y conduciría al perdón de sus pecados. Así, parecerían pura a los ojos de Dios. Esto se ilustra con más detalle en Revelación 7:14, donde los miembros de la gran multitud que sale de la gran tribulación están representados como habiendo lavado sus vestiduras y las han hecho blancas (“como la nieve”) en la sangre del Cordero, teniendo así sus pecados perdonados y disfrutando de una posición aceptable y pura ante Dios. Jesús también ilustró cómo el agua purifica una persona cuando lavó los pies de sus discípulos, dando una lección de humildad. “Y vino, pues, a Simón Pedro. Él le dijo: ‘Señor, ¿tú me lavas los pies?’. En respuesta, Jesús le dijo: ‘Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo entenderás después de estas cosas’. Pedro le dijo: ‘Tú ciertamente no me lavarás los pies nunca’. Jesús le contestó: ‘A menos que te lave, no tienes parte conmigo’. Le dijo Simón Pedro: ‘Señor, no los pies solamente, sino también las manos y la cabeza’. Jesús le dijo: ‘El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, sino que está todo limpio. Y ustedes están limpios, pero no todos’. Conocía, en efecto, al hombre que lo traicionaba. Por esto dijo: ‘No todos ustedes están limpios’.” – Juan 13:6-11 Aquí Jesús no estaba hablando de que hubieran tenido un baño, sino más bien del bautismo que habían hecho por Juan el Bautista, que “se presentó en el desierto, predicando bautismo [en símbolo] de arrepentimiento (un cambio de mentalidad al mejor, modificando sinceramente sus modos de actuar con aversión por sus pecados pasados) para perdón de pecados” (Marcos 1:4, 5). Para Jehová, ellos eran puros por su arrepentimiento y bautismo, pero no todos, como Jesús dijo refiriéndose a Judas. Judas también había sido bautizado, pero ya no era puro porque se había convertido en un ladrón y estaba a punto de traicionar a Jesús. – ver Éxodo 40:30-32 Entonces Jerusalén y toda Judea y toda la comarca del Jordán salían a donde él, y eran bautizados por él en el río Jordán, y confesaban abiertamente sus pecados. Cuando alcanzó a ver a muchos de los fariseos y saduceos que venían al bautismo, les dijo: ‘Prole de víboras, ¿quién los ha intimado a huir de la ira venidera? Pues, produzcan fruto propio del arrepentimiento; Yo, por mi parte, los bautizo con agua a causa de su arrepentimiento …’” – Mateo 3:1, 2, 5-8, 11 Tenga en cuenta que el bautismo de Juan fue para el arrepentimiento de los pecados, no para el perdón de ellos. El arrepentimiento viene antes que el perdón. De hecho, sin arrepentimiento no hay perdón. Es por eso que Juan el Bautista fue enviado por Jehová para preparar el camino, para tener un pueblo arrepentido limpiado cuyos pecados serían perdonados una vez que el rescate fue pagado por la sangre de Dios propio Hijo, y su fe ejercida en esa sangre. (Marcos 1:2-4, Hechos 13:24; Hebreos 9:11-14: 10:21-22) Después de la muerte de Jesús, el bautismo ya no era sólo para el arrepentimiento de los pecados, sino también para el perdón de ellos. Por eso el bautismo de Juan ya no era válido después de la muerte de Jesús. Aquellos que habían sido bautizados por Juan no necesitaban ser bautizados nuevamente porque Jehová aceptó su arrepentimiento y los vio como limpios (simbolizado por el agua) y perdonó sus pecados con la muerte de su Hijo. El bautismo desde la muerte de Jesús es para el arrepentimiento y el perdón de los pecados. (Hechos 2:38, 19: 3-5; Hebreos 9:22) Así, vemos que el bautismo en agua es un símbolo apropiado de nuestro sincero arrepentimiento y que estamos limpios de nuestros pecados. Es verdad que ganamos el perdón de nuestros pecados solamente ejerciendo fe en el sacrificio de rescate de Jesús (lavando nuestras vestiduras en “la sangre del Cordero”, Revelación 7:14), pero es en el momento de nuestro bautismo que los beneficios del rescate nos son aplicados. El bautismo en agua es un requisito de Dios. Someterse a ella demuestra obediencia, humildad, fe y el deseo de tener una conciencia limpia hacia nuestro Creador. (Hebreos 10:19-22) Sin el bautismo no hay limpieza y por lo tanto no perdón de pecados. (Números 19:20) “Pedro les [dijo]: ‘Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados …’” – Hechos 2:38 De ahí el mandamiento de bautizar y ser bautizado. (Mateo 28:19) “Lo que corresponde a esto ahora también los está salvando a ustedes, a saber, el bautismo (no el desechar la suciedad de la carne, sino la solicitud hecha a Dios para una buena conciencia), mediante la resurrección de Jesucristo.” – 1 Pedro 3:21 El bautismo no se trata de dedicación. La dedicación no se menciona ni se define en ninguna parte de las Escrituras. Pero, si el bautismo tiene que ver con el perdón de los pecados, entonces ¿por qué Jesús fue bautizado desde que no cometió pecados, y por lo tanto no tenía nada de que arrepentirse? El apóstol Pedro nos dice: “De hecho, ustedes fueron llamados a este [curso], porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención. Él no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño. Él mismo cargó con nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que acabáramos con los pecados y viviéramos a la justicia. Y ‘por sus heridas ustedes fueron sanados’.” – 1 Pedro 2:21, 22, 24 Sí, Jesús “cargó con nuestros pecados en su propio cuerpo”. Puesto que “Cristo murió por nuestros pecados”, sufrió por nuestros pecados, también fue bautizado por nuestros pecados, que él llevó en su propio cuerpo. (Isaías 53:2-12; 1 Corintios 15:3) Esto cumplió todos los requisitos de la ley según el pacto. El tabernáculo, el sumo sacerdote ungido, los sacrificios en el templo y todos los requisitos necesarios con respecto a la ofrenda de los sacrificios, incluyendo su limpieza con agua, eran “nuestro tutor que conduce a Cristo”. (Gálatas 3:19, 24-25, Hebreos 8:1-6; 9:6-14) ¿Parece razonable que su bautismo, en cuyo momento fue ungido y se convirtió en el Mesías, y con el cual comenzó su ministerio y el cumplimiento de la ley, no fue prefigurado en ninguna parte de la Ley? El bautismo de Jesús lo preparó para el sacrificio de su cuerpo humano perfecto, la ofrenda por el pecado en nombre de la humanidad. Otro punto a considerar: cuando somos bautizados, ¿no debemos enfocarnos en el amor de Dios por nosotros y el amor de su Hijo, y por la provisión del rescate por el cual obtenemos perdón de pecados y una relación privilegiada con nuestro Padre celestial, en lugar de enfatizar nuestro amor por Dios y lo que estamos haciendo y haremos, como es el caso de la dedicación?
“No encontramos la palabra dedicación en las escrituras griegas”
El concepto de dedicación, o consagración, a lo Divino no es exclusivo de los testigos de Jehová. Esto es lo que la Enciclopedia Católica, bajo “Consagración”, escribe (traducido del inglés):
La consagración, en general, es un acto por el cual una cosa está separada de un uso común y profano a un uso sagrado, o por el cual una persona o una cosa está dedicada al servicio y al adoración de Dios por medio de oraciones, ritos y ceremonias. La costumbre de consagrar a las personas al servicio divino y las cosas por servir en la adoración de Dios pueden remontarse a los tiempos más remotos. Encontramos ritos de consagración mencionados en el primer culto de los egipcios y otras naciones paganas. Entre las tribus semitas consistió en el triple acto de separar, santificar, o purificar, y dedicar o ofrecer a la Deidad.
La Enciclopedia afirma que Moisés designó a la nación de Israel como el Pueblo de Dios “por un acto solemne de consagración”. Sobre el sacerdocio de Aarón y el de los levitas dice:
Más tarde leemos acerca de la consagración de los sacerdotes – Aarón y sus hijos (Éxodo 29) – que habían sido ungidos previamente (Éxodo 28). Aquí tenemos el acto de consagración consistente en purificar, invertir y ungir (Levítico 8) como una preparación para su ofrecimiento de sacrificio público … Distinto de la consagración sacerdotal es el de los levitas (Números 3: 6) que representan el primogénito de todas las tribus. El rito de su consagración se describe en Números, viii …
En cuanto a los romanos paganos, la Enciclopedia continúa diciendo:
Entre los romanos se decía que estaba consagrado todo lo que se dedicaba al culto de sus dioses (campos, animales, etc.), y se decía que los objetos que pertenecían íntimamente a su culto (templos, altares, etc.) estaban dedicados. Estas palabras, sin embargo, se usaban a menudo indiscriminadamente, y en ambos casos se entendía que el objeto una vez consagrado o dedicado permanecía sagrado en perpetuum.
Basada en su propia enseñanza de dedicación y consagración, la Iglesia Católica ha adoptado una variedad de costumbres en relación con ella.
La Iglesia distingue la consagración de la bendición, tanto con respecto a las personas como a las cosas. De ahí la celebración pontificia romana de la consagración de un obispo y de la bendición de un abad, de la bendición de una piedra angular y de la consagración de una iglesia o altar. En ambos, las personas o las cosas pasan de un orden común, o profano, a un nuevo estado, y se convierten en sujetos o instrumentos de protección divina. En una consagración las ceremonias son más solemnes y elaboradas que en una bendición. El ministro ordinario de una consagración es un obispo, mientras que el ministro ordinario de una bendición es un sacerdote. En cada consagración se usan los santos óleos; en una bendición habitualmente el agua bendita. El nuevo estado al que la consagración eleva personas o cosas es permanente, y el rito nunca puede repetirse, lo cual no es el caso de una bendición; las gracias que se unen a la consagración son más numerosas y eficaces que las que se unen a una bendición; la profanación de una persona o cosa consagrada lleva consigo una nueva especie de pecado, a saber, el sacrilegio, que la profanación de una persona o cosa bendita no siempre hace. De la consagración propiamente dicha el Pontificio Romano esta compuesto de una persona, es decir un obispo, y cuatro cosas, es decir, un altar fijo, un altar-piedra, una iglesia, y un cáliz y una patena. La consagración de una iglesia también se llama su dedicación (q.v.) de acuerdo con la distinción entre consagración y dedicación entre los antiguos romanos señalados anteriormente.
Charles Taze Russell también sostuvo la idea de que debemos ser consagrados a Dios. Esto es lo que la Atalaya del 15 de enero de 1989, página 18, escribió bajo el encabezado “Cómo puede salvarnos el bautismo”:
En 1914, C. T. Russell (entonces presidente de la Sociedad Watch Tower) recibió una carta de otro cristiano que preguntó si debía instar a su hijo de 12 años a dedicarse a Dios. Russell respondió: “Si yo estuviera en su lugar no lo presionaría para que se consagrara [o dedicara], pero pondría esto ante él como el único proceder apropiado para toda persona inteligente que ha llegado a conocer a Dios y sus bondadosos propósitos […] Sin la consagración nadie alcanzará jamás la vida eterna […] El que su hijo se consagre no le causará daño; más bien, puede ayudarle mucho. […] ¿Quién pudiera decir que un niño de 10 años no podría entender con toda claridad ni comprender de lleno lo que significa la consagración completa en pensamiento y palabra y hecho? En retrospectiva, puedo ver que yo me consagré poco tiempo después de cumplir los 12 años”.
En 1952, la Sociedad Watchtower reexaminó la cuestión de la consagración y definió mejor qué implicaba. Así fue como se explicó (en la edición inglesa):
Lo que este simbolismo del bautismo en agua siempre ha sido claramente comprendido y explicado por los testigos de Jehová, aunque ha habido un cambio en la terminología. En tiempos pasados ​​lo que ahora llamamos “dedicación” solía llamarse “consagración”. Fue llamado consagración, por ejemplo, en el libro de Charles Taze Russell titulado “La Nueva Creación”, en el cual se explica el significado del bautismo en agua, particularmente con referencia a los que componen el cuerpo simbólico de Cristo, aquellos que tienen la esperanza de la vida celestial. A su debido tiempo, sin embargo, en La Atalaya del 15 de mayo de 1952 aparecieron dos artículos sobre este tema. El artículo principal se titulaba “Dedicación a Dios y consagración”, y el artículo subsidiario se titulaba “Dedicación para la vida en el Nuevo Mundo”. Estos artículos mostraron que lo que antes se llamaba “consagración” era más bien llamado “dedicación”. Desde eso se ha utilizado el término “dedicación”. – w64 2/15 p. 122, ¿Hiciste una Dedicación Aceptable a Dios?
Es interesante notar que en el pasado la Watchtower ha reconocido que la palabra “dedicación” en relación con la entrega de uno mismo exclusivamente a Dios no se encuentra en las Escrituras. Y que no está vinculado con el bautismo ni se convierte en un discípulo de Cristo. La Atalaya, 15 de mayo de 1952, página 315, bajo el artículo de estudio “Dedicación para la Vida en el Nuevo Mundo” dice (en la edición inglesa):
Buscando a través de las Escrituras griegas cristianas no encontramos ni la palabra dedicación o la palabra consagración usada para designar este paso de darse exclusivamente a Dios por medio de Jesucristo. Cuando leímos a los primeros adoptantes del cristianismo, simplemente descubrimos que creían o ejercían la fe. La fórmula que usaron aquellos que instaron a el pueblo a adoptar el cristianismo fue: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes” En el día de Pentecostés, cuando el pueblo perplejo preguntaba a los apóstoles de Cristo: “Hermanos, ¿qué haremos?”. Pedro respondió: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo … Sálvense de esta generación torcida”. Algunos días después, en el templo, Pedro le dijo a otra multitud: “Arrepiéntanse, por lo tanto, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de parte de la persona de Jehová y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús”. (Hechos 2:37-40; 3:19, 20) Cuando el carcelero de Filipos en Macedonia, tomado con remordimiento de conciencia, preguntó a Pablo ya Silas: “Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?” ellos respondieron: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa”. Entonces ellos “le hablaron la palabra de Jehová junto con todos los que estaban en su casa”, después de lo cual “y todos, él y los suyos, fueron bautizados sin demora”. – Hechos 16:30-33 ¿Cómo, pues, el registro inspirado dice que se convirtieron en verdaderos cristianos y un pueblo por el nombre de Dios? ¿Por consagrarse? ¡No! Fue creyendo o convirtiéndose en creyentes, ejerciendo fe y descansando su fe en el propósito revelado de Dios y el arreglo. Lea usted mismo: Después de Pentecostés, “Todos los que se hacían creyentes estaban juntos, teniendo todas las cosas en común”. “Más aún, siguieron añadiéndose creyentes en el Señor, multitudes de varones así como de mujeres”. “De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que pone fe en él consigue perdón de pecados mediante su nombre”. “Además, con ellos estaba la mano de Jehová, y un gran número de personas que se hicieron creyentes se volvió al Señor”. “Al oír esto los de las naciones, empezaron a regocijarse y a glorificar la palabra de Jehová, y todos los que estaban correctamente dispuestos para vida eterna se hicieron creyentes”. “Así que Pablo salió de en medio de ellos, pero algunos varones se unieron a él y se hicieron creyentes”. “Pero Crispo, el presidente de la sinagoga, se hizo creyente en el Señor, y también toda su casa. Y muchos de los corintios que oyeron empezaron a creer y a bautizarse”. “Y muchos de los que se habían hecho creyentes venían y confesaban e informaban acerca de sus prácticas abiertamente”. Así que la toma de creencia o fe de acuerdo con el propósito recién revelado y la voluntad de Dios fue lo que los hizo cristianos, el pueblo de Dios. – Hechos 2:44; 4:4; 5:14; 10:43; 11:21; 13:48; 17:33; 18:8; 19:18
Aunque la Watchtower reconoce que en las Escrituras Griegas Cristianas “ni la palabra dedicación o la palabra consagración usada para designar este paso de darse exclusivamente a Dios por medio de Jesucristo”, y lo que hizo a los primeros cristianos el pueblo de Dios fue “la toma de creencia o fe de acuerdo con el propósito recién revelado y la voluntad de Dios”, y no la dedicación; y también “la fórmula que usaron aquellos que instaron a el pueblo a adoptar el cristianismo fue: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes”, en lugar de la necesidad de dedicarse a Dios, sin embargo, el autodenominado “esclavo fiel y discreto”, el Cuerpo Gobernante, se ha encargado de definir nuestra dedicación a Dios de la manera que ellos han considerado conveniente, no diferente de lo que ha hecho la Iglesia Católica, llegando incluso a convertirla en un requisito básico para la salvación. El artículo continúa para mostrar cómo han utilizado la Escritura de Santiago 2:17, 24 para definir esta doctrina de dedicación:
Entonces, ¿dónde está la la dedicación de sí mismo a Dios a través de Jesús? Está incluido en tal creencia o ejercicio de la fe. Santiago 2:17, 24 (NW) nos dice: “la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Ustedes ven que el hombre ha de ser declarado justo por obras, y no por fe solamente”. La dedicación a Dios a través de Cristo es vivir por fe, activándola, convirtiéndola en un productor de obras y llevar a la práctica de la rectitud. Como observamos en la citación citada anteriormente, aquellos que ejercían fe o se convertían en creyentes realizaban obras. Se sometieron al bautismo en agua para dar un testimonio simbólico de su fe, y así imitaron a Jesús. Se apartaron del mundo y se volvieron a él como el Ungido de Jehová o Mesías, a quien Jehová había hecho su Señor celestial. Se unieron a la organización visible de Jehová y se mantuvieron juntos como una congregación unida. Ellos confesaron e informaron abiertamente sus prácticas pasadas y mostraron que se habían arrepentido o habían cambiado de opinión acerca de tales cosas y que se habían convertido o dado vuelta y ahora estaban yendo en el camino de Dios en las huellas de Jesús. Así demostraron que estaban “correctamente dispuestos para la vida eterna” en el nuevo mundo.
El escritor bíblico Santiago en ninguna parte menciona la dedicación. Eso no es lo que estaba discutiendo. Sin embargo, la Watchtower ha ido más allá de las palabras de Santiago para poder definir todas las cosas que la dedicación se supone que implica, enseñándonos cómo podemos poner ”la vida en nuestra fe, activándola, haciéndola un productor de obras”, por nuestro manteniendo a su definición de vivir de acuerdo a nuestra dedicación, lo que dicen que implica, y luego alegando que el bautismo es un símbolo de lo que ni siquiera se enseña en las Escrituras. ¿No se trata de ir “más allá de las cosas que están escritas”? Sí, y lo que es más, ¡en realidad lo reconocen! (1 Corintios 4:6) Harían bien en prestar atención a las otras palabras de Santiago: “No muchos de vosotros seréis maestros, hermanos míos, sabiendo que recibiremos juicio más severo”. – Santiago 3:1 ¿Cuál es, en realidad, el origen de nuestra práctica de dedicación, ya que, evidentemente, no se menciona en las Escrituras? Consideremos la similitud de nuestra dedicación y la de otros:
Cuando oramos, silenciosamente o audiblemente a nosotros mismos, nos dedicamos a él para hacer su voluntad desde entonces y para siempre en cualquier ámbitos de la vida que Dios pueda escoger para nosotros, ¿Dios nos escucha realmente o presta atención? Su palabra nos asegura que lo hace, y debemos ejercer la fe que él lo hace, para mantenernos a nuestra decisión … Así que después de dedicarse en la fe a Dios, mantén su palabra sagrada, inviolable, inalterable por cualquier cambio. Su voto de ser suyo y hacer su voluntad es para siempre vinculante. – La Atalaya, 15 de mayo de 1952, página 317, “Dedicación para la vida en el Nuevo Mundo” (Edición en inglés)
¡Qué semejante a la práctica romana de dedicación donde “se entendía que el objeto una vez consagrado o dedicado permanecía sagrado en perpetuum”! Y el de la Iglesia Católica: “las personas o las cosas pasan de un orden común, o profano, a un nuevo estado, y se convierten en sujetos o instrumentos de protección divina … El nuevo estado al que la consagración eleva personas o cosas es permanente, y el rito nunca puede repetirse”. Por favor recuerden, fue Jehová quien escogió y ungió (“consagró” según la Enciclopedia Católica) Aarón y sus hijos como sacerdotes, y también los levitas. Nadie podía “consagrarse” a Dios. (Hebreos 5:4) La costumbre de consagrar o dedicar personas al servicio divino y las cosas por servir en la adoración de Dios puede ser rastreada hasta los tiempos más remotos, “en el primer culto de los egipcios y otras naciones paganas”, incluyendo el Romanos
En resumen:
Lo que aplicamos a otras religiones primero debemos aplicar a nosotros mismos, a saber, que ‘no somos aceptables a Dios si nuestra creencias no se basa en información exacta’. (La Atalaya 2003, 15 de febrero, p. 32) He intentado mostrar de las Escrituras y citas de la Sociedad que:
  • La nación de Israel no estaba dedicada a Dios, sino que estaba en un pacto con él. Estas dos cosas no son lo mismo; los términos no son intercambiables.
  • La dedicación no tiene nada que ver con el hecho de que las oraciones de una persona son escuchadas por Dios. ¿Cornelio se dedicó a Dios para que sus oraciones fueran escuchadas?
  • No es debido a ninguna “dedicación” a Dios de nuestra parte que heredamos la vida eterna. Al enseñar esto, en realidad negamos el rescate, aunque aparentemente parece que lo aceptamos.
  • Hemos robado a Jehová haciendo hincapié en nuestro amor por él, en lugar de su amor por nosotros.
  • Debido a nuestra doctrina de la dedicación, hemos hecho la Palabra de Dios inválida, ya que somos capaces de juzgar la espiritualidad de nuestros hermanos y hermanas, comparar nuestra actividad con los demás e incluso dimos “motivos escriturales” para separar a los cónyuges. Estas son todas las cosas que las Escrituras nos dicen de no hacer. – Mateo 7:1-2; Romanos 14:4, 10, 13; 2 Corintios 10:12; Gálatas 6:4; 1 Corintios 7:10-11
  • El bautismo no se refiere a ningún voto de dedicación. Es interesante como la Atalaya está de acuerdo con este punto:
    También debe notarse que los votos eran algo espontáneo, y por consiguiente no solicitados, no requeridos. No eran algo manifestado como requisito general para todos los que desearan gozar de cierto privilegio o entrar en cierta relación. Por consiguiente, el que uno llegara a ser discípulo de Cristo Jesús y cumpliera los requisitos que se establecen para todas las personas, incluso el arrepentirse y volverse y hacer declaración pública de la fe de uno, y ser bautizado, no envuelven un “voto” en el sentido bíblico. – w74, p. 319, Preguntas de los lectores
  • Además, la Watchtower reconoce que “ni la palabra dedicación o la palabra consagración usada para designar este paso de darse exclusivamente a Dios por medio de Jesucristo”. Obviamente, este paso de “darse exclusivamente a Dios por medio de Jesucristo” no es un requisito para la vida eterna. No tiene nada que ver con el bautismo.
No he investigado y publicado esto con el objetivo de tropezar a nadie. Mi objetivo es mostrar por qué tenemos tantos problemas que han tropezado muchas de las preciosas ovejas de Jehová; por qué tantos se sienten indignos, quedan por debajo de sus responsabilidades de dedicación, y no esperan sobrevivir en el nuevo sistema. Y sólo Jehová sabe cuántos otros nunca han tomado el paso necesario del bautismo, temiendo no poder cumplir con todos los requisitos involucrados en una dedicación personal a Dios. El problema es que hemos ido ”más allá de las cosas que están escritas”. Nadie en la faz de esta tierra tiene la autoridad para hacer eso! 1 Corintios 4:6 Hemos hecho la Palabra de Dios inválida por algunas de nuestras enseñanzas fuertemente atrincheradas. (2 Corintios 10:4) Pero, en lugar de desanimarse por esta información, deben llenarnos de esperanza de que Jehová pronto resolverá las cosas. Que nuestra pesada carga de vivir hasta nuestra dedicación pronto será levantada de nosotros. Entonces podremos someternos al suave yugo que Jesús nos ofreció; “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera”. – Mateo 11:28-30
Usted puede preguntarse:
¿Es válido nuestro bautismo? Si nuestro bautismo no es acerca de la dedicación, y hemos hecho la palabra de Dios inválida en relación con esta tradición nuestra, entonces ¿en qué situación estamos delante Jehová? Por favor considere: creemos en el rescate. Ejercemos fe en ella y enseñamos a otros a hacer lo mismo. Nos hemos arrepentido de nuestro antiguo curso de la vida y sabemos que recibimos el perdón de los pecados y ganamos vida a causa de la sangre derramada de Jesús. Somos bautizados en obediencia a la orden de hacerlo. Esas son las exigencias de Dios y por lo tanto Jehová acepta nuestro bautismo y podemos disfrutar de una relación con él. Él no toma en consideración cualquier otro requisito que hemos adjuntado a esto. Pero debido a ir “más allá de lo que está escrito” hemos causado serios problemas que Jehová tratará en su propio tiempo. – 1 Corintios 4:6 La nación de Israel se convirtió en pueblo del pacto de Dios en el Monte Sinaí, donde Jehová les dio la ley a través de Moisés. Él les dijo: “No deben añadir a la palabra que les estoy mandando, ni deben quitar de ella, para que guarden los mandamientos de Jehová su Dios que les estoy mandando”. (Deuteronomio 4:2; 12:32) Cuando Jesús llegó, los líderes religiosos habían añadido considerablemente a la ley de Dios. Jesús dijo que “se han sentado en la cátedra de Moisés” y por lo tanto habían puesto “cargas pesadas” sobre el pueblo. Al hacer esto, también habían invalidado la palabra de Dios. (Mateo 23: 2-5; 15: 3-9) Sin embargo, ellos todavía eran su pueblo. Nos hemos vuelto culpables del mismo pecado. Algunos de los que se les dio la responsabilidad de alimentar a la casa de Dios, también “se han sentado en la cátedra de Moisés” (ahora la cátedra de Jesús, el mayor Moisés). Se han añadido a la palabra de Dios, han puesto cargas pesadas sobre las ovejas, e hizo la palabra de Dios inválida de muchas maneras diferentes. Podemos estar seguros de que si Jehová y su Hijo condenaron esto en el primer siglo todavía lo condenan hoy.
Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre. – 2 Corintios 9:7
Al publicar esta información no tengo ninguna intención de desanimar a nadie a dedicarse o consagrarse a Jehová. Es bueno cuando queremos y podemos demostrarle a Dios cuánto lo amamos, como los nazareos de la antigüedad o los pioneros de hoy. Como Jesús nos animó en Mateo 6:33, debemos seguir buscando primero el reino y su justicia, y estamos seguros de que Jehová cuidará de nuestras necesidades si lo hacemos. Estoy seguro de que muchos han encontrado esta promesa digna de fe. Muchas personas exitosas se dedican a todo tipo de causas o carreras diferentes, como médicos, abogados, políticos, fuerzas armadas, deportes, música, las artes, pasatiempos, por nombrar sólo algunos. Análogamente, ¿por qué no dedicarnos o consagrarnos al servicio de Dios y convertirlo en el rasgo más importante de nuestras vidas? Pero como me propuse explicar, no es eso de lo que se trata nuestro bautismo, ni tampoco ha exigido Jehová que debamos dedicarnos a él. Tampoco está amenazando a nadie por no haberlo hecho. En su Palabra se nos dice que el bautismo es necesario para la salvación, pero en ninguna parte se menciona la dedicación. Al agregar sólo una palabra a la Palabra de Dios, podemos encontrarnos redefiniendo importantes enseñanzas y quedar atrapados en nuestras propias tradiciones, haciendo que la palabra de Dios sea inválida. Eso nunca es para nuestro beneficio duradero. – Proverbios 30:6; Sofonías 2:3 No podemos ganar la vida eterna por nuestras obras, y creo que cada anciano lo reconocerá. El texto del día del jueves, 14 de enero de 2010, dice: “Como los humanos somos pecadores, todo esfuerzo por ganarnos la vida eterna resulta insuficiente (Isa. 64:6). La única manera de obtenerla es ejerciendo fe en el rescate que Jehová ofreció mediante Jesucristo. ¡Hagamos todo lo que podamos para mostrar nuestro aprecio por esa bondad inmerecida de Dios! – w08 15/6 2:2, 3” Si admiten lo obvio, ¿por qué no se enseñan? (compare Gálatas 2:16, 21, 3:10-11) ¿Por qué la contradicción? ¿Por qué el yugo pesado innecesario y las dificultades sobre los hermanos? Porque la enseñanza “noble” de la dedicación es una herramienta valiosa en manos de aquellos que se han establecido como gobernadores sobre la casa de Dios. Les permite de imponer sus reglas a el rebaño. También les permite de establecer una ley no establecida en las Escrituras. Les permite ir más allá de las cosas escritas sin ser cuestionados. ¿No todos nos esforzamos de vivir de acuerdo con nuestra dedicación como enseñaron ellos? ¿Hay algún peligro al hacerlo? ¡Considere las consecuencias! ¿Por qué hay tal epidemia de divorcios y matrimonios rotos entre el pueblo de Dios?¿Deberíamos sorprendernos de esta situación cuando enfatizamos que nuestra dedicación a Dios, que incluye asistir a las reuniones y ser activo en la predicación, es lo más importante en nuestra vida por la cual ganamos la salvación? No es de extrañar que los adúlteros, los pedófilos, los socios comerciales sin escrúpulos, que también pasa a ser un anciano, los borrachos, etc. entre nosotros también están tratando de “vivir de acuerdo a nuestra dedicación”. – compara 2 Timoteo 3:1-5 Y aquellos que genuinamente aman a su Creador, pero sufren de mala salud, cargas financieras, edad avanzada, responsabilidades familiares u oposición, además de otros problemas, eventualmente se queman y abandonan debido a sentimientos de indignidad. El yugo suave que nuestro Maestro nos invitó a aceptar se vuelve opresivo cuando la carga se ha vuelto pesada. – Mateo 11:29, 30; 23:2-5; Hechos 15:10,11; Gálatas 5:1 ¡Pero hay esperanza! La promesa de Dios nos asegura: “Y tendrán que saber que yo soy Jehová cuando quiebre las varas de su yugo y las haya librado de la mano de los que las habían estado usando como esclavos”. Esto se cumplirá en el momento en que Jehová hará responsables a los pastores de sus ovejas, reclamando sus ovejas de su mano, “en el día de nubes y densas tinieblas”. – Ezequiel 34:10-12, 27, 31 ¿Con qué me presentaré a Jehová? ¿[Con qué] me inclinaré ante Dios en lo alto? ¿Me presentaré con holocaustos, con becerros de un año de edad? Él te ha dicho, oh hombre terrestre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios? – Miqueas 6:6, 8
¿Es necesario ser bautizado para sobrevivir al Armagedón?
Si es necesario ser bautizado para sobrevivir al Armagedón es una muy buena pregunta. Podría ser bueno considerar lo que realmente es el bautismo, y por qué Jehová lo requiere. Esto es lo que Perspicacia, volumen 1 p. 290 dice acerca del origen del bautismo:
Juan, hijo de Zacarías y Elisabet, fue el primer ser humano a quien Dios autorizó a bautizar en agua. (Lu 1:5-7, 57.) El mismo hecho de que se le conociese como “Juan el Bautista” o “el bautizante” (Mt 3:1; Mr 1:4) indica que el pueblo llegó a tener conocimiento del bautismo o inmersión en agua en especial a través de él. Además, las Escrituras prueban que su ministerio y bautismo provenían de Dios, no de sí mismo. El ángel Gabriel habló proféticamente de sus obras como procedentes de Dios (Lu 1:13-17), y Zacarías, por medio del espíritu santo, anunció que sería un profeta del Altísimo para preparar los caminos de Jehová. (Lu 1:68-79.) Más tarde, Jesús confirmó que el ministerio y el bautismo de Juan procedían de Dios. (Lu 7:26-28.)
Vemos que fue Dios quien introdujo el bautismo. ¿Con qué propósito? Podemos aprender el significado y la importancia del bautismo en agua por lo que fue incluido en la Ley dada a través de Moisés, que se convirtió en “nuestro tutor que nos conduce a Cristo” (Gálatas 3:24). Según la ley los levitas fueron purificados, y también a cualquiera que se hubiese vuelto impuro, salpicando “agua limpiadora de pecado” sobre ellos. (Números 8:7; Éxodo 30:17-21) Perspicacia, volumen 2 p. 503, dice:
En Israel, la persona que quedaba inmunda … para no ser “cortada de en medio de la congregación”, tenía que seguir un procedimiento de purificación en el que se utilizaban las cenizas de una vaca roja sana que no hubiese llevado yugo. El agua en la que se habían mezclado algunas de estas cenizas se salpicaba sobre la persona inmunda. – Nú 19:1-22
Note lo que dice en el libro de Números acerca de la ley que Jehová dio a su pueblo, de la ofrenda de la vaca roja “que no hubiese llevado yugo”, y que no tenía defectos físicos:
Y Jehová procedió a hablar a Moisés y Aarón, y dijo: “Este es el estatuto de la ley que Jehová ha mandado, diciendo: ‘Habla a los hijos de Israel que tomen para ti una vaca roja, sana, en la cual no haya defecto y sobre la cual no haya venido yugo. Y ustedes tienen que darla a Eleazar el sacerdote, y él tiene que llevarla fuera del campamento, y tiene que ser degollada delante de él. Entonces Eleazar el sacerdote tiene que tomar parte de la sangre de ella con su dedo y salpicar parte de la sangre de ella directamente hacia el frente de la tienda de reunión siete veces. Y se tiene que quemar la vaca ante los ojos de él. La piel y la carne y la sangre de esta, junto con su estiércol, se quemarán. Y el sacerdote tiene que tomar madera de cedro e hisopo y fibra escarlata carmesí y arrojarlos en medio de la quema de la vaca. Y el sacerdote tiene que lavar sus prendas de vestir y bañar su carne en agua, y después podrá entrar en el campamento; pero el sacerdote tendrá que ser inmundo hasta el atardecer. Y el que la haya quemado lavará sus prendas de vestir en agua, y tiene que bañar su carne en agua, y tendrá que ser inmundo hasta el atardecer. Y un hombre limpio tiene que recoger las cenizas de la vaca y depositarlas fuera del campamento en un lugar limpio; y estas tienen que servir a la asamblea de los hijos de Israel como algo que ha de guardarse para el agua de limpieza. Es una ofrenda por el pecado. Y el que recoge las cenizas de la vaca tendrá que lavar sus prendas de vestir y ser inmundo hasta el atardecer. Y esto tiene que servir a los hijos de Israel y al residente forastero que está residiendo como forastero en medio de ellos como estatuto hasta tiempo indefinido.’” – Números 19:1-10
Esta ceremonia de purificación con agua, mezclada con las cenizas de la vaca roja sacrificada, una ofrenda por el pecado, fue, como se dice, “para la eliminación del pecado” [“es agua para purificar del pecado” – Versión Inglesa Contemporánea; “como sacrificio *expiatorio, junto con el agua de purificación” – Nueva Biblia al Día; “Esta ceremonia se realiza para quitar los pecados” – Nueva Traducción Viviente] y tiene significado para nosotros. Tenga en cuenta lo que la Atalaya del 15 de abril de 1984, en la página 30, dice sobre esto:
El libro de Números provee un vínculo valioso en el registro que lleva al establecimiento del Reino de Dios. También señala a Jesucristo. Por ejemplo, los sacrificios de animales y el uso de las cenizas de la vaca roja señalaron a la provisión mucho más grande para ser limpios por medio del sacrificio de Jesús (Números 19:2-9; Hebreos 9:13, 14)
Adicionalmente, Perspicacia, volumen 1 p. 461 dice:
Según el capítulo 19 de Números, también se degollaba una vaca roja sana y sin defecto sobre la que no había venido ningún yugo y se la quemaba fuera del campamento. Las cenizas de esta “ofrenda por el pecado” se depositaban en un lugar limpio en el exterior del campamento (Nú 19:9), de modo que se conservaba una parte para mezclarla con agua y rociar a las personas o cosas inmundas que había que purificar. (Nú 19:17.) El apóstol Pablo habló de la limpieza figurativa de la carne por medio de ‘la ceniza [gr. spo·dós] de novilla’ para resaltar la limpieza, mucho más importante, de la “conciencia de obras muertas”, posible mediante “la sangre del Cristo”. (Hebreos 9:13, 14.)
Las Escrituras nos ayudan a entender el significado y la importancia del bautismo, como “la sangre de Cristo”, la ofrenda por el pecado proporcionada por Jehová, tiene mucho más valor en purificarnos de nuestros pecados cuando somos bautizados el “agua para la eliminación del pecado”, bajo el pacto de la ley. Al habernos arrepentido de nuestros pecados, el bautismo simboliza que somos lavados o limpiados de ellos, hechos posibles por “la sangre de Cristo”. Por eso somos bautizados en el nombre de Jesucristo. (Hechos 2:38; 10:48) Es sobre nuestro bautismo que Jehová nos perdona nuestros pecados – que nos otorga una conciencia limpia – y entonces estamos simbólicamente vestidos con ropas blancas, como en el caso de la “gran multitud” en la Revelación. (Revelación 7:9, 13,14; 3: 4,5; Isaías 1:16; Ezequiel 16: 9) Es por eso que Ananías le dijo al neo convertido Saúl, quien más tarde se convirtió en el apóstol Pablo: “Y ahora, ¿por qué te demoras? Levántate, bautízate y lava tus pecados mediante invocar su nombre”. (Hechos 22:16) Bajo el pacto de la Ley, cualquiera que se negara a cumplir con el reglamento de limpieza por el agua era “cortada de en medio de la congregación, porque es el santuario de Jehová lo que él ha contaminado” (Números 19:20) Es realmente en el momento del bautismo que una persona tiene los beneficios del rescate de Cristo que se le aplicó, lo que fue representado mezclando las cenizas de la “ofrenda por el pecado” (toda la vaca roja, que incluía la sangre) con el agua de limpieza del pecado. (Números 19:5, 9) Quien no quiere ser bautizado no se beneficia del rescate y permanece impuro a los ojos de Dios (1 Pedro 3:21) Podemos comparar el bautismo con la ceremonia de la boda, porque el matrimonio no es oficial, legal, hasta después de la ceremonia. Cuando Pedro explicó a la multitud que había salido corriendo a causa del asombroso acontecimiento ocurrido en Pentecostés, muchos de ellos respondieron y le preguntaron qué debían hacer. Pedro les respondió diciendo: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo”. El relato dice que “los que abrazaron su palabra de buena gana fueron bautizados, y en aquel día unas tres mil almas fueron añadidas”. Verás, una persona se convierte en un miembro de la casa de Dios después de su bautismo. Él entonces recibe el espíritu santo y ahora es un hijo o hija que pertenece a Jehová, y lo tiene como su Padre. Eso es también lo que Jesús quiso decir cuando le dijo a Nicodemo: “A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Una persona no puede recibir el espíritu de Dios sin el bautismo. (Hechos 2:37-41; Juan 3:5; 1 Corintios 3:16, 17; 2 Corintios 6:18, 1 Timoteo 3:15) Vemos que el bautismo es una orden de Jehová. Jesús ordenó a sus discípulos de ir y hacer “discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos”, y “enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado”. (Mateo 28:19, 20) Por esa razón, no necesitamos el permiso de nadie para obedecer esa directiva divina. Prohibir o impedir que alguien sea bautizado a través de condiciones, restricciones o calificaciones hechas por el hombre, sería un asunto serio, poniéndonos en oposición a Dios. Cada uno de los ancianos de su congregación tiene la responsabilidad de alentar y ayudar a los hermanos a obedecer a Jehová en el cumplimiento de todas sus exigencias (Hechos 5:29, 38, 39; Revelación 22:18, 19). No es asunto suyo querer determinar si una persona, que quiere ser bautizada, está lista para hacerlo. (Romanos 14:4) Si los ancianos de tu congregación siente que no estás listo para el bautismo y tratan de desalentarte o incluso te impedir de hacerlo, ¿qué podrías hacer? (Hechos 8:36; 10:47; 16:33) En mi propio caso, cuando tenía dieciséis años, conocí a Jehová y lo amé. Por lo tanto, estaba decidido a ser bautizado. Esperé el próximo Convenio del Distrito, tomé mi traje de baño y una toalla conmigo y fui bautizado junto con otros seiscientos cinco. No me había reunido con ancianos ni sirvientes para pedir su permiso. Sentí que esto era algo muy personal entre yo y Jehová. De lo que siguió inmediatamente después me proporcionó evidencia de que Jehová había aceptado mi bautismo. Estoy seguro de que otros han hecho lo mismo, y Jehová ha bendecido su obediencia. Si no hay ninguna convención donde puedas unirte con otros para ser bautizado; o es imposible ser bautizado a causa de que tus ancianos no incluyan tu nombre en su lista aprobada para los candidatos de bautismo, entonces puedes tener en cuenta que cualquier hermano bautizado está calificado para bautizar, en cualquier cuerpo de agua adecuado donde pueda ser inmerso. (2 Corintios 3:1, 4-6) La Sociedad a menudo le gusta recordar que no tenemos una clase clerical entre el pueblo de Dios; así que ¿por qué debemos someternos a hombres carnales que no se sujetan a Dios? (1 Corintios 3: 1-9) ¿Qué pasa con una persona que quiere ser bautizada, pero es incapaz a causa de alguna discapacidad física, tal vez confinado a una cama, o incluso enganchado a un dispositivo mecánico que lo mantiene vivo; o incluso debido a una incapacidad mental para entender las exigencias de Dios y por lo tanto ser incapaz de obedecer. En circunstancias en que una persona verdaderamente no tiene la capacidad de obedecer a Jehová, podemos estar seguros de que Jehová entiende. Él es el creador de sus leyes, y depende de él si las hace cumplir o decide hacer excepciones. Eso no es algo que nosotros debamos determinar. (Mateo 12:1-5) Sin embargo, Jesús advirtió que Dios exigirá cuentas y castigará a los líderes entre su pueblo que han hecho la Palabra de Dios inválida por sus propias tradiciones y doctrinas, tales como la sustitución del “agua purificadora del pecado” por una “agua de dedicación”, y impidiendo que una persona obedezca a Dios adecuadamente. (Mateo 15:6-9) Los miembros de la “gran muchedumbre” que “salen de la gran tribulación” son todos bautizados porque “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. (Revelación 7:9,14) No hay otros supervivientes de la gran tribulación mencionada en las Escrituras: no permitas que nadie te impida ser bautizado. (1 Pedro 3:21) Volver a la lectura del artículo
Lee el artículo original en esta página: http://www.perimeno.ca/Dedication.htm
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Lectura recomendada
Examinemos nuestras creencias:

la existencia de Dios

Si se pide a un cristiano, y especialmente a un testigo de Jehová, que presente pruebas de la existencia de Dios, es muy probable que cite el versículo cuatro del tercer capítulo de la carta a los hebreos, "toda casa es construida por alguien, pero el que ha construido todas las cosas es Dios".

El razonamiento puede ser correcto, nada vino de la nada, pero todo en la tierra se debe a la voluntad de un diseñador, es bueno notar que Pablo no estaba tratando de discutir sobre la existencia de un Creador. Habló con sus compañeros cristianos hebreos, quienes ciertamente no cuestionaron el hecho de que el universo estaba gobernado por un ser poderoso que está detrás de todo. Además, en la antigüedad el problema no era ciertamente la no creencia en Dios, sino todo lo contrario: la gente tendía a creer en una multitud de dioses. Además, Pablo, en una ocasión, notó que se había hecho un altar dedicado a un dios desconocido, ciertamente por temor a olvidarse de venerar a una deidad.

(Continuar)
Acalia & Marta
Parábolas para nuestros días (Primera parte)
Carl-Bloch-Sermon-on-the-Mount
¿Qué tienen que decirnos las parábolas de Jesús? ¿Están relacionados con nuestros días? Primero, debemos identificar y comprender cuál de ellos tiene una aplicación profética. Por ejemplo, la parábola del hijo pródigo contiene una enseñanza excelente para nosotros, pero no es profética, no anuncia ningún acontecimiento! ¿Cómo entonces distinguir los tipos de parábolas? Como de costumbre, es muy simple: nos aferraremos a lo que el propio Jesucristo dijo, sin agregar ni quitar. Limitaremos las interpretaciones a los únicos elementos que se pueden derivar directamente de narrativas u otros textos particulares y relevantes. Por lo demás, nos contentaremos con la respuesta del Señor: "No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción”. – Hechos 1:7
(Continuar)

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