BaruQ
Alimento para Testigos de Jehová pensadores
“Pero en cuanto a ti, tú sigues buscando cosas grandes para ti. No sigas buscando. Porque, mira, voy a traer una calamidad sobre toda carne —es la expresión de Jehová—, y ciertamente te daré tu alma como despojo en todos los lugares adonde vayas”.
Importante: este sitio no pretendemos tener la verdad. El lector debe ser capaz de ejercer el buen juicio, examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así. (Hechos 17:11)
Pahel & Baruq
Lo que la Biblia tiene que decir sobre el período del exilio en Babilonia?
tissot - exile a babylone
Según los historiadores y arqueólogos, 586 o 587 antes de la era común es generalmente aceptado como el año de la destrucción de Jerusalén. La aceptación de estas fechas significa que el exilio duró sólo 50 años y no 70 como se nos dice. ¿Qué dice la Biblia?

Como estudiantes de la Biblia, creemos que si hay una discrepancia entre la arqueología y el Sagrado Texto, nuestra confianza debe ir a la Palabra de Dios. En algunos casos puede ser que tenemos que reexaminar nuestra comprensión de la Biblia. Si aceptamos la fecha asumida por los investigadores, entonces significaría que los Judios eran sólo cincuenta años a Babilonia. Pero de acuerdo a nuestras publicaciones, el término tenía setenta años. Entonces, ¿qué dice la Biblia al respecto? El punto de partida de nuestro estudio es Jeremías capítulo 25. ¿Qué dice? En el primer versículo, Jeremías revela el momento en que recibió la palabra de Jehová:
La palabra que le ocurrió a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá en el año cuarto de Jehoiaquim hijo de Josías, el rey de Judá, es decir, el primer año de Nabucodorosor el rey de Babilonia
A diferencia de nuestra literatura, los historiadores sitúan el primer año de Nabucodonosor como rey en el 605 aC. Si es el caso, ¿cómo ha destruido Jerusalén en el 607 cuando sabemos que era rey durante varios años? La profecía continúa: (8-11)
Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: “Por la razón de que ustedes no obedecieron mis palabras, miren, voy a enviar y ciertamente tomaré a todas las familias del norte —es la expresión de Jehová—, hasta [enviar aviso] a Nabucodorosor el rey de Babilonia, mi siervo, y ciertamente las traeré contra esta tierra y contra sus habitantes y contra todas estas naciones en derredor; y ciertamente los daré por entero a la destrucción y haré de ellos objeto de pasmo y algo de qué silbar y lugares devastados hasta tiempo indefinido. Y ciertamente destruiré de entre ellos el sonido de alborozo y el sonido de regocijo, la voz del novio y la voz de la novia, el sonido del molino de mano y la luz de la lámpara. Y toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar devastado, un objeto de pasmo, y estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años”’
¿Cuál es la lección aquí? Como castigo de su conducta Jehová envió Nabucodonosor contra las familias del norte ara que someta al rey de Babilonia. Tenga en cuenta que la profecía no es para Judá o Jerusalén solamente, sino que, como leemos en el versículo 9, “contra esta tierra y contra sus habitantes y contra todas estas naciones en derredor”. Todas estas naciones están condenados al la destrucción por tiempo indefinido. El versículo 11 dice: “Y toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar devastado … y estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años”. Así que no sólo Judá, pero las naciones circundantes estarán sujetos a la ira de Dios. Todas estas naciones servirán al rey de Babilonia durante un tiempo determinado, es decir, 70 años. Estas naciones son, entre otros, Jerusalén y Judá, Egipto, los filisteos, Edom y Moab, los reyes de los árabes … Versículos 12 & 13:
Y tiene que ocurrir que, cuando se hayan cumplido setenta años, pediré cuentas al rey de Babilonia y a aquella nación —es la expresión de Jehová— por su error, aun a la tierra de los caldeos, y ciertamente haré de ella yermos desolados hasta tiempo indefinido. Y de veras traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, aun todo lo que está escrito en este libro que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones.
Aunque Jehová llama Nabucodonosor "mi siervo”, lo que significa que sirve como instrumento de la ira de Dios, Babilonia no quedará sin castigo por haber levantado contra Judá y Jerusalén. El versículo dice: "cuando se hayan cumplido setenta años, pediré cuentas al rey de Babilonia”. Así setenta años deben pasar y luego esa nación experimentarán la ira de Dios. Dios va a tomar la tierra de los caldeos en un yermo desolado. Babilonia sufrirá el mismo castigo que infligió otras naciones. El versículo 14 dice: "ciertamente se lo pagaré conforme a su actividad y conforme a la obra de sus manos”. La profecía de Jeremías nos dice que la tierra de Judá y las naciones vecinas serán devastados por tiempos indefinidos (versículo 9), estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años (versículos 9b y 11) y que cuando estos setenta años son terminado, Jehová pedir cuentas al rey de Babilonia. (versículo 12) La Atalaya del 01 de octubre 2011 da esta explicación en el artículo ”¿Cuándo fue destruida Jerusalén? Primera parte” en el subtítulo:
¿“Setenta años” para quién?
Años antes de la destrucción de Jerusalén, el profeta judío Jeremías dio una pista esencial para entender la cronología bíblica. “A todos los habitantes de Jerusalén” les advirtió: “Este país entero se convertirá en ruina, en espanto. Estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años” (Jeremías 25:1, 2, 11, BN). El profeta añadió más tarde: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Conforme se cumplan setenta años en Babilonia yo dirigiré mi atención a ustedes, y ciertamente estableceré para con ustedes mi buena palabra trayéndolos de vuelta a este lugar’” (Jeremías 29:10). ¿Qué importancia tienen estos “setenta años”? ¿Y cómo nos ayuda este período de tiempo a concretar la fecha de la destrucción de Jerusalén?
Algunas traducciones vierten Jeremías 29:10 de forma diferente, y en vez de hablar de setenta años “en Babilonia”, dicen “para Babilonia” (BN). De ahí que algunos historiadores afirmen que este período de setenta años alude al dominio del Imperio babilónico. Según la cronología extrabíblica, los babilonios dominaron la tierra de la antigua Judá y Jerusalén durante unos setenta años, que van desde alrededor del año 609 a.e.c. hasta el 539 a.e.c., año en que la capital del imperio, Babilonia, fue conquistada.
No obstante, la Biblia indica que esos setenta años serían un castigo de Dios contra la gente de Judá y Jerusalén, un pueblo que se había comprometido a obedecerle (Éxodo 19:3-6). Cuando ellos se negaron a corregir su mala conducta, Dios les avisó: “Envío a buscar [...] a Nabucodonosor, rey de Babilonia, [...] contra este país, contra sus habitantes y contra todas las naciones de su alrededor” (Jeremías 25:4, 5, 8, 9, BN). Es cierto que las naciones vecinas también sufrirían la ira de Babilonia, pero Jeremías llamó a la destrucción de Jerusalén y a los setenta años de exilio que le seguirían “el castigo [...] de mi pueblo”, pues como él mismo señaló, “mucho ha pecado Jerusalén” (Lamentaciones 1:8; 3:42; 4:6, La Santa Biblia, Evaristo Martín Nieto, 1980).
Por tanto, la Biblia muestra que Judá fue castigada con dureza durante setenta años y que Dios utilizó a los babilonios como instrumento de castigo. Con todo, Dios les dijo a los judíos: “Cuando se cumplan setenta años [...], me ocuparé de ustedes [...] trayéndolos de nuevo a este lugar”, es decir, a Judá y Jerusalén (Jeremías 29:10, La Biblia de Nuestro Pueblo [BNP]).
Repasemos estos argumentos.
“Algunas traducciones vierten Jeremías 29:10 de forma diferente, y en vez de hablar de setenta años “en Babilonia”, dicen “para Babilonia”.”
Jeremías 29:10
כִּֽי־  כֹה֙ אָמַ֣ר יְהוָ֔ה כִּ֠י לְפִ֞י מְלֹ֧את לְבָבֶ֛ל שִׁבְעִ֥ים שִׁבְעִ֥ים שִׁבְעִ֥ים שִׁבְעִ֥ים שִׁבְעִ֥ים עֲלֵיכֶם֙ אֶת־ דְּבָרִ֣י הַטּ֔וֹב לְהָשִׁ֣יב אֶתְכֶ֔ם אֶתְכֶ֔ם הַמָּק֖וֹם הַזֶּֽה׃
En efecto, la mayoría de las traducciones usan la expresión “para Babilonia”. Este último es un vestigio de la King James que podemos encontrar en algunas versiones protestantes de la Biblia. Pero ¿qué encontramos en el texto original? La palabra hebrea “le” se traduce “en” en la Traducción del Nuevo Mundo, pero su significado más común es la “para”. Si deja de leer sólo estas dos palabras, será difícil entender la traducción exacta. Es por esto que es necesario hacer referencia al contexto. Leemos el paso completo:
Jeremiah 29:4-7 - Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, a todos los desterrados, a quienes he hecho ir al destierro de Jerusalén a Babilonia: ‘Edifiquen casas y habiten [en ellas], y planten jardines y coman su fruto. Tomen esposas y lleguen a ser padres de hijos y de hijas; y tomen esposas para sus propios hijos y den sus propias hijas a esposos, para que den a luz hijos e hijas; y háganse muchos allí, y no se hagan pocos. También, busquen la paz de la ciudad a la cual los he hecho ir en destierro, y oren a Jehová a favor de ella, porque en la paz de ella resultará haber paz para ustedes mismos.’
Jeremías pide a la gente a no escuchar a falsos profetas que predicen un rápido retorno a Judá. (versículos 8 y 9) Él habla a los Judios que ya están en el exilio en Babilonia, siete años antes de la caída de Jerusalén. Entonces la pregunta es ¿por qué no decir setenta y siete años, pero el setenta? ... Entonces, Jehová hace la promesa de que leemos en el versículo 10:
Porque esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Conforme se cumplan setenta años en (o para) Babilonia yo dirigiré mi atención a ustedes, y ciertamente estableceré para con ustedes mi buena palabra trayéndolos de vuelta a este lugar’.
¿Qué entendemos? Que la estancia de los exiliados no debe durar más de setenta años. Pero si estos setenta años cuentan desde la caída de Jerusalén, vamos a descansar a la pregunta, ¿por qué Dios no le dijo que setenta y siete años? La justicia de Dios permite que algunas personas sufren mayor castigo que otros, aunque el error es el mismo? ¡Por supuesto que no! Todo indica que los setenta ya estaban en curso en el momento en que Jeremías animó estos primeros exiliados siete años antes de la destrucción de Jerusalén. Sin embargo, la Atalaya citado arriba dice:
No obstante, la Biblia indica que esos setenta años serían un castigo de Dios contra la gente de Judá y Jerusalén, un pueblo que se había comprometido a obedecerle (Éxodo 19:3-6). Cuando ellos se negaron a corregir su mala conducta, Dios les avisó: “Envío a buscar [...] a Nabucodonosor, rey de Babilonia, [...] contra este país, contra sus habitantes y contra todas las naciones de su alrededor” (Jeremías 25:4, 5, 8, 9, BN). Es cierto que las naciones vecinas también sufrirían la ira de Babilonia, pero Jeremías llamó a la destrucción de Jerusalén y a los setenta años de exilio que le seguirían “el castigo [...] de mi pueblo”, pues como él mismo señaló, “mucho ha pecado Jerusalén” (Lamentaciones 1:8; 3:42; 4:6, La Santa Biblia, Evaristo Martín Nieto, 1980).
Por tanto, la Biblia muestra que Judá fue castigada con dureza durante setenta años y que Dios utilizó a los babilonios como instrumento de castigo. Con todo, Dios les dijo a los judíos: “Cuando se cumplan setenta años [...], me ocuparé de ustedes [...] trayéndolos de nuevo a este lugar”, es decir, a Judá y Jerusalén (Jeremías 29:10, La Biblia de Nuestro Pueblo [BNP]).
Vamos a leer y leer de nuevo la profecía de Jeremías y vamos a responder a esa pregunta: ¿qué muestra que Judá fue castigada con dureza durante setenta años y que Dios utilizó a los babilonios como instrumento de castigo? Jehová estaba muy enojado con su pueblo, sino que también estaba en contra de las naciones vecinas. Jeremías escribió: “Ciertamente las traeré contra esta tierra y contra sus habitantes (Judá y Jerusalén) y contra todas estas naciones en derredor; y ciertamente los daré por entero a la destrucción y haré de ellos objeto de pasmo y algo de qué silbar y lugares devastados hasta tiempo indefinido. Y ciertamente destruiré de entre ellos el sonido de alborozo y el sonido de regocijo, la voz del novio y la voz de la novia, el sonido del molino de mano y la luz de la lámpara. Y toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar devastado, un objeto de pasmo, y estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años No hace ninguna distinción entre Judá y las naciones! Por supuesto, Jerusalén ha pecado gravemente y debe sufrir el castigo que leemos en el libro de las Lamentaciones. Pero eso no quiere decir que otras naciones no van a sufrir el mismo grado de castigo. Muchas de estas naciones habían oprimido al pueblo de Jehová y, a continuación, tuvo que sufrir el castigo de Dios con la misma intensidad. De acuerdo a la información en nuestro poder, Babilonia ejerce su influencia sobre las naciones del -609 al -539, cuando la capital fue tomada por los persas. ¿Es una coincidencia que la profecía habla de setenta años y eso es se corresponde exactamente con la duración de la dominación de Babilonia como potencia mundial?
¿Cuándo comenzaron los “setenta años”?
El historiador inspirado Esdras, quien vivió después de que se cumplieran los setenta años que profetizó Jeremías, escribió respecto al rey Nabucodonosor: “Desterró a Babilonia a los supervivientes de la matanza, donde se convirtieron en esclavos suyos y de sus descendientes, hasta la llegada del imperio persa. Así se cumplió la palabra del Señor pronunciada por medio de Jeremías: ‘Hasta que haya recuperado sus descansos sabáticos, el país descansará durante el tiempo de la desolación que durará setenta años’” (2 Crónicas 36:20, 21, La Palabra [LP]).
Esto significa que los setenta años serían un período de “descanso sabático” para la tierra de Judá y Jerusalén. Durante ese tiempo no sería cultivada: ni se plantarían semillas ni se podarían las viñas (Levítico 25:1-5, BN). En vista de la desobediencia del pueblo de Dios, entre cuyos pecados tal vez estuviera no guardar todos los años sabáticos, el castigo consistió en que su tierra no sería cultivada ni habitada por setenta años (Levítico 26:27, 32-35, 42, 43).
2 Crónicas 36:20,21
וַיֶּ֛גֶל הַשְּׁאֵרִ֥ית מִן־ הַחֶ֖רֶב אֶל־ בָּבֶ֑ל וַֽיִּהְיוּ־ ל֤וֹ וּלְבָנָיו֙ לַעֲבָדִ֔ים עַד־ מְלֹ֖ךְ מַלְכ֥וּת פָּרָֽס׃ לְמַלֹּ֤אות דְּבַר־ יְהוָה֙ בְּפִ֣י יִרְמְיָ֔הוּ עַד־רָצְתָ֥ה הָאָ֖רֶץ אֶת־ שַׁבְּתוֹתֶ֑יהָ כָּל־ יְמֵ֤י הָשַּׁמָּה֙ שָׁבָ֔תָה לְמַלֹּ֖אות שִׁבְעִ֥ים שָׁנָֽה׃
Esdras hizo una conexión entre la profecía de Jeremías y su cumplimiento. Por lo tanto, en los versículos 20 y 21 de 2 Crónicas 36, señaló que los Judios fueron a los exiliados a ser servidores de los reyes de Babilonia "hasta que la realeza de Persia empezó a reinar (a priori en el 539 a.e.c), para cumplir la palabra de Jehová por boca de Jeremías, ... para cumplir setenta años. "De acuerdo con Esdras, los setenta años fueron cumplidos durante la conquista de Babilonia por los persas, que está en línea con la profecía. Pero ahora, el profeta no habla de los sábados Esdras ha insertado en su texto. Entonces, ¿qué se estaba refiriendo? En Levítico 26:34 y 35:
En aquel tiempo la tierra pagará sus sábados durante todos los días que yazca desolada, mientras estén ustedes en la tierra de sus enemigos. En aquel tiempo la tierra guardará el sábado, puesto que tiene que pagar sus sábados. Todos los días que yazca desolada guardará el sábado, por motivo de que no guardó el sábado durante los sábados de ustedes cuando ustedes estaban morando en ella.
Esdras introdujo la prestación de Levítico para demostrar el logro. Note que Moisés no escribió que el sábado duraría setenta años, y ni siquiera dijo Jeremías. El país acababa de estar al servicio de sus días de reposo, sin la cual no se especifica la duración. Son simplemente dos profecías estrechamente relacionados, y por qué Esdras les unieron. Tenga en cuenta también que un jubileo dura cincuenta años, es decir, siete semanas más un año, el último año de ser uno donde todo el mundo debe recuperar su tierra, y que esto correspondería a la duración de la estancia de los Judios en Babilonia si la destrucción de Jerusalén tuvo lugar en el año 587 a.e.c hasta el 537, cuando los Judios, probablemente, han tomado sus tierras. (Algunos historiadores ponen la destrucción de Jerusalén en el año 588 y el regreso en 538. Sin embargo, siempre cincuenta años) Ache si no queremos ser dogmático, esta explicación parece raggionevole. (para mayor explicación se puede encontrar al hacer investigación en la red) Por lo tanto entendemos que Jeremías predijo los años setenta de la dominación babilónica (609 años que toman Harán -. 539 a.e.c) y que durante este período se inició un nuevo período de cincuenta años, cuando el país era día de reposo (687 hasta 537 a.e.c). The article continue:
¿Cuándo estuvo la tierra de Judá desolada y abandonada? Lo cierto es que los babilonios, cumpliendo órdenes de Nabucodonosor, atacaron Jerusalén dos veces, y entre ambos ataques transcurrieron unos diez años. ¿Cuándo comenzaron los setenta años? No pudo ser tras el primer asedio. ¿Por qué no? Porque aunque en esa ocasión Nabucodonosor se llevó muchos prisioneros a Babilonia, también dejó gente en el país. Además, permitió que Jerusalén quedara en pie. Durante los años que siguieron a la primera deportación, “la clase de condición humilde” que quedó en Judá vivió de lo que producía la tierra (2 Reyes 24:8-17). Pero después, los acontecimientos dieron un giro radical.
A causa de una rebelión de los judíos, los babilonios regresaron a Jerusalén (2 Reyes 24:20; 25:8-10). Esta vez arrasaron la ciudad y su sagrado templo, y llevaron a muchos de sus habitantes al cautiverio en Babilonia. En dos meses, “todos [los que habían quedado] huyeron a Egipto, grandes y pequeños, junto con los oficiales, pues temían a los babilonios” (2 Reyes 25:25, 26, Nueva Versión Internacional). Fue solo entonces, en el séptimo mes judío de tisri (septiembre-octubre) de ese año, cuando la tierra quedó desolada y abandonada y comenzó su descanso sabático. Mediante el profeta Jeremías, Dios recordó a los refugiados judíos que estaban en Egipto: “Ustedes han visto todas las calamidades que envié sobre Jerusalén y sobre las ciudades de Judá: ahí las tienen hoy, arruinadas y sin habitantes” (Jeremías 44:1, 2, BNP). Así pues, todo apunta a que este suceso marcó el inicio de los setenta años. ¿Y en qué año ocurrió eso? Para responder a esta pregunta, debemos averiguar cuándo concluyeron los setenta años.
Concordancia de Strong
chorbah: devastación, desolación, ruina
palabra original: חָרְבָּה
género: nombre femenino
Transcripción: chorbah
Ortografía fonética: (khor-baw')
Definición corto : ruinas
Chorbah aparece 42 veces en la Biblia
Puede setenta años comienzan necesariamente cuando no habría ningún habitante de Judá? Jeremías habla de la devastación, desolación y ruina. Desolación no significa necesariamente falta de población. Por ejemplo, Jeremías 25:17 y 18 dice que el profeta tomó la copa de la mano de Jehová y a hacer que bebieran todas las naciones. Jehová tenía que hacer de su país un lugar devastado, ”tal como sucede este día”. La frase “tal como sucede este día” indica que la devastación ya había comenzado. Sin embargo, el país aún estaba ocupado. Nehemías 2:17 menciona Jerusalén diciendo que está devastada cuando el tiempo estaba habitada. Ezequiel 33:24 habla de “los habitantes de estos lugares devastados”. Ezequiel 33:27 dice que ”los que están en los lugares devastados caerán por la espada misma”. Los especialistas de lenguas antiguas admiten que la palabra hebrea usada en estos pasajes (chorbah) puede significar un estado como el que se observa en una ciudad después de una gran batalla. La ciudad es una ruina, está devastado y desolado (chorbah) pero todavía habitada. Así que podemos decir fácilmente que Jerusalén fue destruida durante la primera invasión de los caldeos, en el año 605 a.e.c.
¿Cuándo concluyeron los “setenta años”?
El profeta Daniel, quien vivió en Babilonia “hasta la llegada del imperio persa”, calculó cuándo debían concluir los setenta años. “Yo, Daniel —escribió⁠—, estuve investigando en las Escrituras sobre los setenta años que tenía que permanecer Jerusalén en ruinas, según la palabra dirigida por el Señor al profeta Jeremías.” (Daniel 9:1, 2, LP.)
Esdras meditó en las profecías de Jeremías y asoció el final de los “setenta años” con el momento en que “Jehová movió el espíritu de Ciro rey de Persia; y éste hizo pasar pregón por todo su reino” (2 Crónicas 36:21, 22, Versión Moderna). ¿Cuándo fueron liberados los judíos? El pregón que puso fin al exilio se emitió en el primer año de Ciro, el rey de Persia (véase el recuadro “Una fecha histórica aceptada por todos”). Y para el otoño del 537 a.e.c., los judíos habían regresado a Jerusalén a fin de restablecer la adoración verdadera (Esdras 1:1-5; 2:1; 3:1-5).
Daniél 9:2
אֲנִי֙ דָּֽנִיֵּ֔אל בִּינֹ֖תִי בַּסְּפָרִ֑ים מִסְפַּ֣ר הַשָּׁנִ֗ים אֲשֶׁ֨ר הָיָ֤ה דְבַר־ יְהוָה֙ אֶל־ יִרְמִיָ֣ה הַנָּבִ֔יא לְמַלֹּ֛אות לְחָרְב֥וֹת יְרוּשָׁלִַ֖ם שִׁבְעִ֥ים שָׁנָֽה׃
Daniel estaba desprovista de calendarios? Fue sin duda capaz de saber cuántos años que pasó en Babylone. Pero no fue suficiente. Daniel mismo dijo que ”discerní por los libros el número de los años acerca de los cuales la palabra de Jehová había ocurrido a Jeremías el profeta, para cumplir las devastaciones de Jerusalén, [a saber,] setenta años”. Desde Daniel sabía la fecha de la destrucción de Jerusalén, porque entendía sólo cuando está caído Babilonia los setenta años había llegado a su fin? Seguramente porque, a los de Jeremías, el fin de los setenta años tuvo que corresponden a la caída de Babilonia. Él no dijo que el final iba a estar marcada por el regreso de los exiliados a su patria. Recordamos el pasaje de Jeremías 25:12 y 13:
‘Y tiene que ocurrir que, cuando se hayan cumplido setenta años, pediré cuentas al rey de Babilonia y a aquella nación —es la expresión de Jehová— por su error, aun a la tierra de los caldeos, y ciertamente haré de ella yermos desolados hasta tiempo indefinido. 13 Y de veras traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, aun todo lo que está escrito en este libro que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones.’
Para estar seguro de entender el punto, vamos a leer de nuevo la primera frase:
Cuando se hayan cumplido setenta años, pediré cuentas al rey de Babilonia y a aquella nación
En primer lugar, el fin de setenta años se caracteriza por la caída de Babilonia, y eso es lo que Daniel entendió. Sólo entonces, los Judios regresaron a Jerusalén. Suponiendo que Jerusalén fue destruida en el año 607 a.e.c. y que Babilonia fue tomada en el año 539 a.e.c., los años sólo sesenta y ocho. Esto significaría que Babilonia fue tomada dos años antes. Ahora, como Jehová era capaz de dar cuenta al rey de Babilonia ya aquella nación en 537, dos años después de su caída? La conquista persa puso fin a la supremacía de Babilonia, entonces, después de 537 era imposible servir al rey de Babilonia. Daniel, quien fue uno de los protagonistas, entiende que los setenta años asignados a Babilonia para completar la devastación de Jerusalén como se menciona en Jeremías 25:12 terminó durante la noche de la muerte de Belsasar. Dios mismo se lo mostró a la toma de rey aparecerá una mano en la pared con la siguiente palabra: MENE. Daniel dio el significado: ”Dios ha numerado [los días de] tu reino y lo ha terminado.” (Daniel 5:26) El telón había caído Babilonia y Daniel abrió los libros para entender los tiempos. Percibió a través de Jeremías 29:10 que había llegado el tiempo para que Dios volvió la atención a su pueblo para llevarlo a casa. Daniel no dijo que los setenta años fueron los años de la desolación de Jerusalén; ni siquiera ha hablado en su larga oración que hizo más tarde pedir la misericordia de Dios a su pueblo. El artículo de la revista continúa con el siguiente párrafo:
Ahora bien, si las pruebas que ofrecen las Escrituras inspiradas señalan que Jerusalén fue destruida en el año 607 a.e.c., ¿por qué aseguran muchos expertos que eso ocurrió en el 587 a.e.c.? Ellos se apoyan en dos fuentes de información: las obras de varios historiadores clásicos y el Canon de Tolomeo.
Al ver lo que hemos aprendido anteriormente, no existe evidencia de las Escrituras inspiradas que apunta claramente a 607 a.e.c. para la destrucción de Jerusalén. El resto del artículo está destinado a ser una demostración de que los historiadores modernos se basan en datos poco fiables. El propósito de este estudio es tratar de entender lo que la Biblia tiene que decir sobre el período del exilio en Babilonia, no vamos a examina esta parte. Sin embargo, en Internet puedes encontrar avalancha de estudios que refutan las afirmaciones de la Sociedad. Pero como cristianos, el testimonio de la Biblia es suficiente para nosotros y no necesitamos elementos externos para entender el significado de la Palabra de Dios. La comprensión de los acontecimientos pasados puede cambiar a medida que los nuevos descubrimientos arqueológicos, y podríamos tener sorpresas en el futuro. Recientemente, algunos investigadores bíblicos han sugerido la fecha de 630 aC para la destrucción de Jerusalén. ¿Cuál será la próxima cita? Todo lo que podemos decir es que el conocimiento de la fecha de la caída de Jerusalén no tiene otra importancia que la curiosidad histórica.
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Lectura recomendada
Examinemos nuestras creencias:

la existencia de Dios

Si se pide a un cristiano, y especialmente a un testigo de Jehová, que presente pruebas de la existencia de Dios, es muy probable que cite el versículo cuatro del tercer capítulo de la carta a los hebreos, "toda casa es construida por alguien, pero el que ha construido todas las cosas es Dios".

El razonamiento puede ser correcto, nada vino de la nada, pero todo en la tierra se debe a la voluntad de un diseñador, es bueno notar que Pablo no estaba tratando de discutir sobre la existencia de un Creador. Habló con sus compañeros cristianos hebreos, quienes ciertamente no cuestionaron el hecho de que el universo estaba gobernado por un ser poderoso que está detrás de todo. Además, en la antigüedad el problema no era ciertamente la no creencia en Dios, sino todo lo contrario: la gente tendía a creer en una multitud de dioses. Además, Pablo, en una ocasión, notó que se había hecho un altar dedicado a un dios desconocido, ciertamente por temor a olvidarse de venerar a una deidad.

(Continuar)
Acalia & Marta
Parábolas para nuestros días (Primera parte)
Carl-Bloch-Sermon-on-the-Mount
¿Qué tienen que decirnos las parábolas de Jesús? ¿Están relacionados con nuestros días? Primero, debemos identificar y comprender cuál de ellos tiene una aplicación profética. Por ejemplo, la parábola del hijo pródigo contiene una enseñanza excelente para nosotros, pero no es profética, no anuncia ningún acontecimiento! ¿Cómo entonces distinguir los tipos de parábolas? Como de costumbre, es muy simple: nos aferraremos a lo que el propio Jesucristo dijo, sin agregar ni quitar. Limitaremos las interpretaciones a los únicos elementos que se pueden derivar directamente de narrativas u otros textos particulares y relevantes. Por lo demás, nos contentaremos con la respuesta del Señor: "No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción”. – Hechos 1:7
(Continuar)

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